Hace unos días caminaba rumbo al parque Omar. Iba feliz hasta que vi a un hombre manguereando el patio frente a un edificio de apartamentos. Noté que tenía una camisa que lo identificaba como trabajador del edificio. Quizás era el conserje. Me le quedé mirando fijamente y él inclinó la cabeza y siguió manguereando.

Manguerear: dícese del uso de una manguera de agua para limpiar un piso a chorros.

Como él seguía botando agua, cual si fuera una terapia, me le acerqué. Le dije que eso que hacía no lo podía hacer.

Me miró raro. No entendía. Tuvo que cerrar la llave de la manguera para atenderme.

Le insistí que el agua no se podía desperdiciar de esa forma, que no podía usarla para limpiar el piso ni para hacer correr hojitas y basuritas.

Me dijo que él solo estaba lavando el piso porque los de la basura acababan de pasar y todo había quedado sucio. El basurero estaba como a 10 metros.

Entonces apareció una señora con jeans y un radio tipo walkie talkie. Vino a ver cuál era la razón de mi queja. Era la administradora del edificio.

Cuando yo le expliqué que estaban desperdiciando agua, me miró como si le estuviera hablando en otro idioma. Entonces le dije lo que estaba segura iba a entender: ‘por eso les pueden poner una multa’.

Últimamente veo a muchos policías a pie que, de la nada, detienen a peatones para pedirle la cédula. ¿Será casualidad que solo detienen a hombres jóvenes que parecen extranjeros? A mí nunca me han pedido mi cédula.

Esos policías no se pasean por los barrios ni llaman la atención a los que manguerean pisos. Eso es una falta. No lo es transitar por Panamá.

Aquel día, el de la manguera, me sentí como esas señoras que van por la calle regañando a la gente. Que le dicen a las mamás que tapen al bebi del sol y a la gente joven que no se moje con la lluvia.

En varias partes del corregimiento de San Francisco no hay agua. Lo que hay son tanques de reserva de agua y por eso la gente cree que recibe agua todo el día. En muchos lugares de Panamá no hay agua ni tanques. Pero no son pocos los que piensan que pueden usar el agua como si fuera una escoba de propulsión a chorro para limpiar hojitas del patio.

Soy de las personas que quiero llevar la fiesta en paz. Prefiero no buscar problemas, pero a veces eso no es suficiente y hay que hacer algo. Así sea que luego lo miren a uno como una persona molesta e impertinente.