El libro Las Polleras Panameñas, guía de uso de la autora Shoshanna Levy es el más reciente de una serie de obras que ella ha dedicado a este traje típico. Presenta las variantes regionales y explica los adornos, maquillaje y combinaciones correctas de joyas al usar esta indumentaria.

Considerado uno de los vestidos nacionales más elaborados de América Latina, la pollera en sus múltiples versiones es con sus finos bordados y costuras ejemplo de la riqueza artesanal panameña.

Levy inició este proyecto en 2016, enfrentándose a numerosos retos, especialmente de financiamiento, el que ha corrido por su cuenta. Su propósito esta vez era hacer una guía didáctica para preservar la forma tradicional de vestir la pollera.

Explica la autora que hay confusión y se comenten frecuentes errores sobre la vestimenta: “Muchas veces, observamos combinaciones inadecuadas, como elementos de pollera santeña mezclados con los de pollera veragüense, o influencias de los ballets de proyección folclórica que distan mucho de lo tradicional”.

Insiste en que los excesos no corresponden a la tradición, como maquillajes dramáticos y abundancia de adornos. La moderación es clave: maquillaje sencillo y joyas con moderación. Al contrario de lo que hoy se estila, no es necesario usar todas las cadenas de la pollera a la vez. El aumento del precio de las polleras ha hecho que muchas personas opten por variantes más económicas, pero les agregan elementos de una pollera de gala.

Así nació un amor por la pollera

Su mamá admiraba la pollera, y también Shoshanna aprendió a hacerlo. En su infancia las clases de folclore no eran parte del currículum escolar, como hoy, y al ser ella parte de la comunidad hebrea no tenía grandes referencias sobre este traje. Tampoco era entonces tan accesible empollerarse como lo es hoy.

Su pasión por esta indumentaria empezó por una propuesta, la de su amigo, el fotógrafo Efraín Gómez con quién había trabajado un libro sobre el Casco Antiguo. Gómez quería hacer un libro sobre polleras y le preguntó por qué no hacerlo juntos. Aunque ella sabía muy poco del tema, aceptó y empezó a investigar. Así empezó lo que ella llama el embrujo de las polleras, cuando se empieza a aprender de ella no se puede parar. Su primer libro se llamó Polleras de Panamá, con textos en español e inglés y en formato coffee table.

Junto a Gómez, Shoshanna Levy recorrió festivales de polleras para en sitio documentar los trajes participantes, una tarea titánica, que realizaron en conjunto con Rolando Domingo y resultó en otros libros.

Son tantas las variantes de las polleras, así como las hay de gala y de faena, también las hay según región: ocueña, veraguense, antonera, chiricana,chorrerana, santeña y la pollera Congo, que con tantas varientes merece un libro solo.

La autora también transmite ese conocimiento al público de manera directa. Desde hace diez años fundó el grupo Las Damas de la Pollera que hace pasarelas donde se explica a los asistentes sobre la historia y tradición del vestido. Para financiar, en parte, estas actividades, será la venta del nuevo libro que tiene un costo de sesenta y cinco dólares.

Una guía del uso de las polleras de Shoshanna Levy

En el festival de Guararé luciendo polleras de la década de 1930.

Una guía para el uso y conservación

El libro ofrece descripciones detalladas de cada tipo de pollera panameña. Cada variante tiene una ficha técnica donde se describe la composición de la pollera, los tipos de telas y los adornos que la acompañan. Esta ficha se presenta junto con fotografías del traje, en las que Shoshanna destaca las joyas, el maquillaje y otros detalles esenciales. También incluye indicaciones sobre el uso adecuado de los tembleques (adornos de cabello), y explica cómo debe ser el peinado.

El contenido también aborda aspectos prácticos, como el mantenimiento de las polleras y las recomendaciones para conservarlas. Levy incluye en el libro diferentes textos como uno titulado Confesiones de una Pollera, en la cual el traje se expresa como si fuera una persona, relatando las transformaciones que ha sufrido y la sobrecarga de adornos que muchas veces recibe, así como un escrito sobre Salsipuedes, el lugar emblemático de venta de artículos folclóricos en la ciudad de Panamá.

Además, el libro incluye una breve introducción histórica que contextualiza la evolución del traje y el impacto de las modificaciones modernas. Shoshanna incluyó fotografías de réplicas de trajes antiguos, basándose en dibujos antiguos.

El reto de documentar una tradición

Uno de los principales desafíos al momento de escribir sobre las polleras es la divergencia de opiniones incluso entre los mismos conocedores. Algunos informantes cambiaban sus relatos con el tiempo, influenciados por las tendencias. Levy buscaba recopilar información sobre la pollera tradicional en su forma más pura, encontró dificultades para lograr un consenso. En algunas comunidades, observó cómo los habitantes preferían variantes de pollera de otras regiones, dejando de lado las propias. Este fenómeno se volvió un obstáculo para definir criterios de autenticidad en un país donde la tradición folclórica varía tanto de una región a otra.

Para conseguir una perspectiva clara y confiable, Shoshanna visitó diversas provincias e investigó los registros históricos y fotográficos sobre el traje. Tomó en cuenta estudios realizados previamente, como el realizado por La Prensa, con Wendy Tribaldos. Si bien la mantener la tradición es importante, cuando se trata de la pollera no existe nada escrito en piedra.

Una guía del uso de las polleras de Shoshanna Levy

Amelia Montiel, Shoshanna Levy, Leyda de Fonseca, Rosa Achurra y Lidia Guerra, integrantes del grupo Las Damas de la Pollera. Cortesía