Es una de mis corrientes o tendencias favoritas al decorar. El interiorismo emocional es una combinación de funcionalidad, belleza y despertar de emociones que colisionan para crear espacios que van mas allá de la arquitectura de interiores.

Se trata de encontrar el balance entre lo estético y funcional; que luego trasciende a la esfera emocional creando espacios que nos hacen sentir seguros, lejos del afán de la vida diaria.

Algunos de los elementos que debemos tomar en cuenta en esta tendencia son los colores a utilizar, la distribución de los muebles, la iluminación (siendo la natural mejor) y la inclusión de detalles emocionales, como aromas y sonidos, que despierten nuestros sentidos. Veamos algunos de ellos:


Colores

La psicología del color es un campo sobre el que se han hecho muchos estudios que señalan que los colores inciden directamente sobre el comportamiento humano. Sin embargo, el interiorismo emocional se aleja un poco de este principio para enfocarse en la selección de colores que despierten las emociones que buscamos. Por ejemplo, aunque me encanta el blanco, recientemente empecé a crear la habitación de mi bebé que viene en camino y el color principal fue una tonalidad de verde olivo, la cual me trae paz y me recuerda a la naturaleza.

Interiorismo emocional en la decoración, ¿qué significa?

En la habitación de mi bebé que viene en camino, el color principal es verde olivo, que me trae paz y me recuerda a la naturaleza.


Detalles emocionales

Creamos en casa un coffee cart en nuestro comedor. Aunque confieso que no tomo café, tengo un esposo que lo ama y el despertar por las mañanas con ese olor me da un sentido de familia.


Distribución de los muebles

Desaparecen los espacios recargados de elementos para dar paso a lo que realmente importa en una habitación. Esto me permite introducirme en una técnica que me gusta aplicar: el decluttering, que no es más que deshacernos de cosas que no usamos para dar lugar al orden y serenidad visual y emocional.

Acumular cosas en nuestros espacios terminan agobiándonos y robándonos la paz. No se trata solamente de reorganización, se trata de eliminar todo exceso hasta conseguir el balance entre lo necesario y ordenado.

Una estrategia que he encontrado muy útil ha sido asignar días o semanas para hacer decluttering en alguna área de mi casa. Si decido trabajar en la cocina, no me moveré a otro lugar hasta haberme desecho de los excesos en esa área, sin apegos emocionales a objetos que me causan más estrés que tranquilidad.

Al final lo que consigo es un lugar más ordenado y despejado para mi familia pero también me quedo con la satisfacción de lograr mi meta personal de ser productiva.

Interiorismo emocional en la decoración, ¿qué significa?

Ruth de Estrada, decoradora, @rutestradaa