Con la quema de esos muñecos alegóricos, de 2 metros o más, los panameños despiden el año viejo y dan la bienvenida al nuevo. Esta costumbre ha ido cobrando fuerza con el tiempo para denunciar los malestares sociales y los momentos más destacados del año que termina.
“Este año el tema principal es la minera. Fue un tema sociopolítico que afectó mucho a la población y traté de plasmar ese sentir del pueblo panameño”, dijo a EFE el artista plástico Víctor Álvarez en su taller, ubicado en Chame, unos 80 kilómetros al oeste de Ciudad de Panamá, donde confecciona los muñecos.
Este 2023 ha creado aproximadamente 50 muñecos, que vende en hasta 450 dólares cada uno, en alegoría a las protestas masivas del pasado noviembre contra el contrato que renovaba la concesión a Minera Panamá, filial de la canadiense Firts Quantum Minerals, para explotar la mayor mina de cobre a cielo abierto de Centroamérica, declarado inconstitucional el día 27 de ese mes.
Y en esta última semana del año, el artista expone esas figuras, confeccionadas a mano con espuma, papel y tela, en la orilla de la carretera Panamericana, la principal del país centroamericano.
El fallo judicial contra la mina de cobre “fue un alivio para el pueblo panameño y pude, entonces, rendir el tributo a lo que fue esta lucha histórica que estuvimos todos los panameños”, agregó Álvarez.
Otro protagonista estelar es el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, representado en los muñecos de Álvarez como si fuera un robot con inteligencia artificial, una teoría que se viralizó en redes sociales después de que el mandatario apareciera en un estado rígido e inexpresivo en su segundo mensaje televisado en medio de la crisis por las protestas antiminería.
“Se decía que el presidente utilizó inteligencia artificial para la conferencia de prensa (...) por eso (el monigote) fue la mezcla entre un robot y la película ‘Terminator’”, explicó Álvarez.
Algunas de estas figuras efímeras tienen cara de enfado y un característico sombrero pintado, otras son ratas con traje y un fajo de dólares o lingotes de oro, como humoristas locales dibujan a los legisladores y también se veían en las pancartas de las marchas y protestas para criticar a los diputados o políticos señalados de presunta corrupción y bautizados en internet como “dipuratas”.
Algunos de los muñecos tienen escrito “No vas”, un eslogan que también nació durante las marchas para hacer campaña contra la elección o la reelección de varios políticos.
La Corte Suprema de Justicia de Panamá declaró el 27 de noviembre -y publicado al día siguiente- que el contrato minero entre el Estado y FQM era “inconstitucional” al violar una veintena de artículos de la carta Magna poniendo fin casi de inmediato a más de un mes de protestas, que llegaron a tornarse violentas.