Tienes un peludito en casa que comienza a hacerse mayor, tranquilo, hoy los expertos te darán sus recomendaciones para brindarles los mejores cuidados posibles.
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Almudena Vicente, directora médico veterinario de Medivet (grupo veterinario europeo con alrededor de 500 clínicas y hospitales situados en Reino Unido, España, Francia y Alemania) advierte que los chequeos rutinarios son importantes en todas las etapas de la vida de una mascota, y resultan imprescindibles en los animales mayores y geriátricos.
A una mascota geriátrica hay que dedicarle una atención más exhaustiva y unos cuidados específicos, en aspectos clave como la alimentación, el ejercicio y la higiene, según explica Medivet a EFE.
“Las dietas bajas en calorías y ricas en proteínas de alta calidad, son esenciales para controlar el peso y prevenir problemas metabólicos en las mascotas añosas. Su alimentación debe incluir ácidos grasos omega-3 y suplementos para las articulaciones, que favorecen su movilidad y salud general” explican.
Mascota canina durante un chequeo geriátrico. Foto Medivet
El ejercicio debe ajustarse a las capacidades físicas de la mascota, y puede consistir en paseos más cortos y juegos suaves, que le ayudarán a mantener su movilidad sin causarle estrés físico innecesario, indican desde Medivet.
En materia de higiene, es necesario efectuar limpiezas dentales para prevenir enfermedades bucales, y realizar un cuidado regular de su pelaje, uñas y piel, para mantener su bienestar general, añaden.
Elena Álvarez, miembro de Medivet, señala que durante la vejez de la mascota, las visitas al veterinario deben ser más frecuentes, con chequeos cada seis meses o según lo recomiende el especialista.
“Esto permitirá detectar a tiempo cualquier problema de salud y ajustar los tratamientos necesarios para mantener la calidad de vida del animal”, recalca.
Un chequeo geriátrico típico, dirigido a animales mayores de 7 años y destinado a diagnosticar de manera temprana sus patologías más comunes en esa etapa de su vida, incluye consulta geriátrica, exploración física completa, análisis de orina, medición de presión arterial y análisis sanguíneos, así como estudios radiológicos y ecográficos, según Medivet.
Veterinario examinando a un perro mayor en la clínica. Foto Medivet.
“Este chequeo incluye un examen físico completo en el que se examina a la mascota de nariz a cola. Es como si se le efectuara la inspección técnica periódica a un vehículo automotor, para asegurarse que su maquinaria está en buen estado y todo funciona adecuadamente”, ejemplifican.
Si en el chequeo básico se detecta alguna condición de salud que requiera especial atención, el veterinario puede recomendar que se efectúen a la mascota pruebas complementarias adicionales.