En el mundo de la alimentación vegetal existe una amplia gama de variaciones, dentro de las cuales destacan de manera importante el vegetarianismo y el veganismo.

El vegetarianismo es un patrón de alimentación en el que no se consumen carnes animales, pero sí sus derivados. No se come carnes, pero se acepta el consumo de huevos, lácteos y miel. En muchas ocaciones, este patrón de alimentación es arraigado por creencias culturales y religiosas.

Por su parte, el veganismo sí suprime por completo el consumo de alimentos de origen animal. No se consume carnes animales ni sus derivados, y más que una dieta, es una forma de vida en la que se adopta firmemente la ideología de la ética animal como principal motivación.

Por esta razón tampoco se apoyan los negocios de explotación animal como circos, acuarios, turismo animal, etc., ni tampoco se utilizan textiles hechos con animales o productos probados en animales.

En una línea menos conocida por el público general pero ampliamente estudiada a nivel científico, encontramos la nutrición integral a base de plantas, cuya principal premisa es consumir alimentos de origen vegetal con especial énfasis en que sean poco o mínimamente procesados. No se prohiben alimentos: se promueve el consumo de plantas como fuente primaria dentro de la dieta.

Además, se cuidan los métodos de cocción con los cuales se preparan los alimentos, ya que la motivación principal de este tipo de alimentación es la salud y el bienestar integral de quien la consume.

Si comparamos el vegetarianismo y el veganismo con la nutrición integral a base de plantas podemos apuntar directamente al hecho de que en las dos primeras, puede tratarse de una alimentación poco saludable, ya que de igual manera se consumen productos ultraprocesados o fritos, mientras que la tercera opción busca específicamente que los alimentos promuevan beneficios a la salud.

Un buen ejemplo de esto es el consumo de papas fritas. Son veganas, más no necesariamente saludables. Una nutrición integral a base de plantas buscaría el consumo de unas papas asadas, hervidas o hechas en un air fryer, justamente para preservar la integridad del alimento y que tenga el mejor efecto posible a nivel metabólico tras su consumo. Esta sería una de las principales cualidades que hacen destacar este tipo de alimentación de dietas de origen vegetal.

Teniendo esto como referencia, lejos de buscarse camino dentro de la alimentación vegetal por moda, se debe pensar en la motivación principal que se tiene para iniciar este tipo de dietas.

Luego entonces, buscar el apoyo de un médico o nutricionista experto en el tema para asegurar una adecuada ingesta de los nutrientes esenciales que se necesitan dentro de la misma para poder mantenerla de manera sostenida en el tiempo.


* La autora es médico especialista en nutrición humana y metabolismo. Su cuenta de Instagram es @somosplantpowered.

* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.

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