Apenas transcurrían los seis primeros meses de su reinado de más de 70 años. Fue una mañana soleada en las costas de la provincia de Colón cuando la joven reina Isabel II, de entonces 26 años, desembarcaba por primera y única vez en tierras panameñas.

Panamá fue el primer territorio extranjero que visitó luego de ser coronada como monarca del Reino Unido el 6 de febrero de 1952, a los 25 años. Además, la visita coincidía con el aniversario 50 de la República de Panamá.

Fue el 29 de noviembre de 1953 cuando junto al príncipe Philip, su esposo; y la Marina británica, la reina pasó un día en el país donde fue recibida por lo alto, tanto por las autoridades como por el pueblo panameño.

Las 14 horas de la reina Isabel II en Panamá: entre Calidonia, bailes y solazo panameño

El navío real Gothic, en el que arribó la reina a Panamá.

La llegada a Panamá no era parte de una visita oficial. La reina se encontraba en una travesía por los Estados Miembros de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth) y como el Canal de Panamá estaba en su ruta de paso, el gobierno panameño organizó un itinerario diplomático para que la histórica pasadía de la reina, que duró al menos 14 horas en el país, se aprovechara al máximo.

La monarca llegó poco antes de las 8 de la mañana a bordo del yate real Gothic el Muelle de Cristóbal, en Colón. Mientras este atravesaba el Canal de Panamá, Isabel II aprovechó para hacer actividades en tierra firme.

Fue recibida por el entonces presidente panameño José Remón Cantera; por el administrador de la Zona del Canal, John States Seybold; y por el embajador británico en Panamá, Eric Cleaugh.

Las 14 horas de la reina Isabel II en Panamá: entre Calidonia, bailes y solazo panameño

Portada de La Estrella de Panamá el 29 de noviembre de 1953.

“La reina y el príncipe pudieron simplemente haber pasado de largo. Pero la diplomacia panameña, en conversación con la embajada estadounidense -que administraba la Zona del Canal de Panamá- creó un itinerario para recibir a los distinguidos huéspedes”, indicó a BBC Mundo el historiador colonense Luis Javier Ceballos en un artículo publicado por ese medio en 2021.

Luego de desembarcar la reina y su esposo se dirigieron al Palacio Municipal, donde el alcalde de Colón, José D. Bazán, les entregó las llaves de la ciudad. La pareja real partió hacia la ciudad de Panamá.

Su próxima parada fue para conocer el funcionamiento de las Esclusas de Miraflores. Isabel II conoció la cabina principal de mando. Desde ese punto se dirigió a la Zona del Canal para almorzar en la residencia del gobernador John States Seybold.

La reina participó de una caravana en un auto Cadillac descapotable junto al presidente Remón. Recorrieron conocidas avenidas de la capital panameña como la Central, el barrio del Chorrillo, límite de la Zona, Calidonia y la actual Avenida Balboa, donde antes se ubicaba la Embajada Británica.

“Me acuerdo que aquel día pegaba fuerte el sol y la reina abrió un parasol blanco muy elegante. En las calles, la gente agitaba pañuelos blancos”, contó a BBC Alberto Tuñón Núñez, un panameño apasionado por la historia que era un adolescente cuando estuvo entre la muchedumbre que se volcó a las calles a recibir a la monarca.

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Durante la caravana junto al presidente José Remón Cantera.

El panameño también recordó cómo la visita fue la gran noticia del día y era transmitida en vivo por radio. El momento que le pareció más especial fue el paso de la reina frente a la Casa Miller, que en ese momento era residencia de familias afroantillanas, originarios de países miembros de la Mancomunidad, que llegaron a Panamá para la construcción del Canal. Recuerda que desde los balcones de la edificación de tres pisos se escuchaba el canto “Dios salve a la reina”. Isabel II se detuvo frente a la casa. “Yo estaba a apenas a dos metros de distancia y pude notar que la reina, emocionada, le agarró la mano al príncipe Felipe y se la apretó. Todavía lo recuerdo como si fuera ayer”, contó Tuñón Núñez.

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Su paso por la Avenida Central.

Con la caída de la tarde, la reina se cambió en el Gothic para acudir a un banquete en el Palacio Presidencial ofrecido por el presidente panameño. En dicha cena, el mandatario le entregó el Gran Collar de la orden nacional de Manuel Amador Guerrero; y la reina, por su parte, le otorgó condecoraciones de la Orden del Imperio Británico.

La celebración continuó en una recepción en la antigua sede del Club Unión en Casco Antiguo. Medios escritos de la época dieron a conocer que la reina Isabel bailó con el presidente Remón, y el príncipe Felipe con la esposa del presidente panameño.

“Recuerdo hubo muchos comentarios populares, pues en esa época se bailaba chachachá, guaracha y boleros, y el pueblo se preguntaba cómo habrían enfrentado la realeza los movimientos de salsa y la alegría caribeña”, describió Alberto Tuñón Núñez a BBC.

Cerca de la medianoche, la reina y el príncipe regresaron al Gothic para continuar su viaje a la mañana siguiente con destino a Australia y Nueva Zelanda.

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En la entrega de condecoraciones en el Palacio Presidencial.