Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el arte y la cultura pueden tener un impacto positivo en la salud física y mental de la ciudadanía.

La sala de salud mental del Hospital Regional Luis “Chicho” Fábrega, ubicado en Santiago, provincia de Veraguas, abrió sus puertas en febrero del 2023 y ha tomado la iniciativa de transformar sus espacios tradicionalmente blancos en paredes llenas de colores y creatividad, con el propósito de promover el bienestar de los pacientes.

Este proyecto, que se venía gestando durante muchos años, representa un avance significativo en la atención de la salud mental en la región occidental y se espera que beneficie tanto a la población local como a aquellos que lo consideran una referencia.

La dra. Roxane Díaz Jiménez, jefa de la sala de salud mental del hospital y médica psiquiatra, lidera la labor en conjunto con un equipo compuesto por tres profesionales de psiquiatría, dos enfermeras, una psicóloga y una trabajadora social. Todos ellos se organizaron para desarrollar un plan artístico que incluyera los bocetos de los dibujos, la compra de materiales y la colaboración con la Escuela de Bellas Artes Adriano Herrera Barría de Santiago que se ofreció de manera voluntaria.

El jardín del Chicho Fábrega

Equipo del programa de la sala de salud mental del Hospital Luis "Chicho" Fábrega. En la primera fila de izquierda a derecha: Néstor Díaz, Cirlys Mojica, Roxane Díaz Jiménez, Edra Ellis, Nimia Agudo y Yulissa González. En la parte de atrás: Orlando Peña y Doris Da Costa.

Olegario Samaniego, profesor de la escuela de Bellas Artes Adriano Herrera Barría y junto a sus estudiantes de tercer año del Técnico con Especialidad en Pintura, ha renovado los muros con colores alegres, creando paisajes naturales en siete unidades de la sala de salud mental con la intención de transformar todo el departamento.

El espacio fue diseñado para ofrecer el mejor nivel de atención posible y ha contribuido a crear un entorno cálido, acogedor y sin estrés”, según Díaz.

El jardín del Chicho Fábrega

Estudiantes de tercer año del Técnico con Especialidad en Pintura de la Escuela de Arte Herrera Barría, pintando en la pared de la sala de salud mental unos hongos.

Como resultado de esta iniciativa, se ha visto una reducción en la agitación y comportamientos de búsqueda de salida de los pacientes y se ha creado una zona que fomenta la atención al proporcionar una experiencia positiva que distrae, inspira y mejora el ánimo de los pacientes.

Además, el recinto cuenta con un gran mural que fue donado por la artista Jaqueline Guerra en una parte de la unidad llamada sala de reuniones, que muestra un paisaje con animales y árboles. “Los pacientes y sus acompañantes pueden reunirse en este lugar para relajarse, aprender a manejar sus emociones y desarrollar habilidades de afrontamiento y comportamiento productivo”, comentó la doctora Díaz en entrevistas a Ellas.

Con la inauguración de estos murales interactivos, la sección de salud mental de dicho hospital se consolida como un centro de atención que valora la creatividad y la humanidad en todas sus formas.

Los pacientes han pasado de tener una actitud más pasiva y receptora de atención a mostrar un enfoque activo e ingenioso al reconocer que estos elementos transformadores son una parte crucial de sus experiencias a través de las terapias.

El jardín del Chicho Fábrega

Mural en la sala de reuniones donado por la artista Jaqueline Guerra.

Espacios verdes, un beneficio para la salud mental

Los jardines terapéuticos han existido durante mucho tiempo en los hospitales como lugares para la recuperación y restauración de la mente, el alma y el cuerpo.

Anteriormente, Panamá no contaba con un plan similar. Sin embargo, este año, el centro hospitalario inauguró el primer jardín terapéutico del país.

Este renovado espacio se ubica en el exterior de la sala de salud mental y se le ha nombrado Jardín Terapéutico la Vida es Bella. Parte de sus objetivos es proporcionar un lugar seguro donde los pacientes, sus familiares y el personal médico puedan conectarse con la naturaleza y encontrar calidez.

La zona de jardines cuenta con una fuente de agua, cancha de fútbol para practicar el deporte, espacios sensoriales para realizar terapias hortícolas y una decoración que incluye tres pérgolas con mesas y sillas, donde para que las personas puedan descansar al aire libre.

El jardín del Chicho Fábrega

Este renovado espacio se ubica en el exterior de la sala de salud mental y se le ha nombrado Jardín Terapéutico la Vida es Bella.

El jardín ocupa una superficie de 537,5 metros cuadrados, lo que representa un importante avance hacia la humanización de la atención sanitaria.

El logro de esta obra ha sido posible gracias al respaldo de Analida Virzi de Motta, la empresa Multiservicios A&M S.A., y donantes voluntarios que creyeron en esta iniciativa. Además, fue fruto del compromiso y dedicación del equipo del programa de salud mental que soñó con este espacio.

“Hoy en día, nuestros usuarios pueden sanar y encontrar comodidad en la conexión con la naturaleza y la estimulación sensorial, lo que puede ser crucial para su bienestar físico y emocional. Dependiendo de la enfermedad o discapacidad, la terapia hortícola ayuda a las personas a desarrollar habilidades motoras y a aprender a cultivar y cuidar las plantas, siendo un paso importante hacia una atención médica más completa y comprensiva”, enfatizó la doctora Díaz sobre la importancia de tener estos espacios verdes en la plaza hospitalaria que beneficia la salud de todos.

De ese modo, el Jardín Terapéutico la Vida es Bella, responde al mejoramiento de los tratamientos de más de mil pacientes que son atendidos al año, provenientes de la población veragüense, las provincias y la comarca Ngäbe Bugle.

El jardín del Chicho Fábrega

La dra. Roxane Díaz Jiménez, a la derecha, entrega reconocimiento a Analida Virzi de Motta por su donación al jardín terapéutico.