Mientras que en las noticias internacionales se escucha con frecuencia sobre gestación subrogada, en Panamá no existe ley al respecto.

El doctor Roberto Epifanio, especialista en medicina reproductiva y ex presidente de la Sociedad Panameña de Obstetricia y Ginecología, contesta preguntas sobre este tema.

En Panamá, hasta donde sabemos, la gestación subrogada está prohibida. Sin embargo, sí hay quienes la han practicado. ¿Existe alguna forma de qué se pueda hacer legalmente?

El embarazo subrogado no está prohibido. Lo correcto es decir que no está legislado.

Cuando algo no está legislado, los abogados utilizan la jurisprudencia que existe. Leyes como, por ejemplo, el Código de la Familia, en su artículo 136, que describe cómo es la maternidad y cómo se concibe, que es cuando se comprueba el hecho del parto. Esto entra en conflicto porque no considera a la madre como la que puso el óvulo y al padre como el que puso el espermatozoide. Igualmente, genera conflicto con la ley de adopción. Se tendría que legislar al respecto. Como los intereses de la Asamblea Nacional están enfocados más en normativas con impacto económico, estos son temas que no son revisados tan frecuentemente.

¿Ha aumentado en Panamá el interés por este método?

No existen estadísticas que puedan reflejar si han aumentado o no estos requerimientos, que son estrictos de la práctica privada. Sí sabemos que la ciencia avanza y hay más diagnósticos en mujeres que no lograban embarazos por tener determinadas condiciones o las mujeres se resignaban a no ser madres por condiciones de salud, orgánicas o producto de una enfermedad.

El caso más común es el síndrome de Rokitansky, en el que la mujer nace con malformaciones, incluso la posibilidad de nacer sin útero. También hay mujeres que han perdido el útero debido a condiciones que han llevado a la histerectomía; o mujeres con fibromatosis uterina severa. Muchas condiciones pueden afectar la capacidad de la mujer de llevar un embarazo. Por eso es necesario legislar al respecto.

¿Cuáles son los riesgos emocionales asociados con la gestación subrogada?

Quien lleva el embarazo debe ser acompañada por un profesional de salud mental que le evalúe para evitar que se produzca ese apego natural al bebé que solo lo está llevando, no es de ella. Y, por supuesto, la madre biológica, quien puso su óvulo, también debe ir a terapia. Ella también renuncia a algo muy importante, que es la posibilidad de llevar a su bebé, consciente de las razones.

¿Qué otras alternativas hay?

La más relevante es el trasplante uterino. Desafortunadamente es una técnica que está en sus inicios. Hay experiencias en algunas partes del mundo, pero al ser un trasplante de forma temporal se requiere de medicamentos para evitar el rechazo de ese órgano; eso tiene otras implicaciones.

Es una cirugía que en manos muy experimentadas puede superar las siete horas quirúrgicas. Probablemente, a futuro, no se va a necesitar porque ya la técnica se habrá perfeccionado. Pero en este momento en Panamá no está disponible. Por esto, y lo antes mencionado, se hace necesario legislar sobre el útero subrogado.