El Día del Padre es una ocasión para honrar y celebrar a los hombres que han asumido el rol de guías y protectores en nuestras vidas. Sin embargo, más allá de los obsequios y las celebraciones, es crucial reflexionar sobre un aspecto esencial: la salud cardiovascular de los padres.

Las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial, y los hombres, especialmente aquellos en la mediana edad (35- 55 años), son vulnerables. De hecho, en Panamá, las últimas estadísticas publicadas por la Contraloría General reportan que las principales enfermedades y causas de muerte en los varones de estas edades son las enfermedades cardiovasculares en su conjunto.

La salud cardiovascular se refiere al buen funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos, y está influenciada por múltiples factores; incluyendo la genética, el estilo de vida y el entorno. Entre los factores de riesgo modificables más significativos se encuentran la hipertensión arterial, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo y una dieta inadecuada. Los padres, a menudo, enfrentan un estrés considerable debido a sus responsabilidades familiares y laborales, lo cual puede contribuir negativamente a su salud cardiovascular.

Diversos estudios han demostrado que los hombres con hijos tienen mayores probabilidades de experimentar estrés crónico, el cual está directamente relacionado con el desarrollo de hipertensión y enfermedades cardíacas. Además, la falta de tiempo y la prioridad de otras responsabilidades pueden llevar a que los padres descuiden su propio bienestar físico, optando por dietas poco saludables y reduciendo la actividad física.

Para abordar este problema, es fundamental promover la conciencia sobre la importancia de la salud cardiovascular. Esto incluye la educación sobre la identificación temprana de los factores de riesgo y la adopción de medidas preventivas. Campañas de salud pública y programas comunitarios pueden desempeñar un papel crucial en este sentido, proporcionando recursos y apoyo para que los padres adopten estilos de vida más saludables.

Además, el rol de la familia es indispensable. Crear un entorno que fomente hábitos saludables puede hacer una gran diferencia. Las parejas y los hijos pueden ser motivadores esenciales para que los padres mantengan un régimen de ejercicio regular y una dieta equilibrada. Celebrar el Día del Padre no solo debe centrarse en regalos materiales, sino también en gestos que promuevan la salud y el bienestar a largo plazo.

En conclusión, mientras nos preparamos para celebrar esta fecha es fundamental recordar la importancia de la salud cardiovascular de los papás. Promover la conciencia sobre este tema y fomentar hábitos saludables no solo mejora la calidad de vida de los padres, sino que también fortalece los lazos familiares. Al final, un corazón saludable es el mejor regalo que una familia puede ofrecer.


* El autor es médico internista. Educa sobre salud cardiovascular basada en evidencia científica, filosofía, historia y paradoja en @cardioparadoja

* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autor.

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