Ella irradiaba felicidad. A la Abadía de Westminster, Meghan llegó de la mano de su esposo, el príncipe Harry, para asistir al servicio anual del Commonwealth, el último acto oficial de ambos como miembros de alto rango de la realeza británica.
La duquesa de Sussex escogió un vestido verde con capa, muy distinto a los atuendos de color blanco que había lucido en años anteriores. El traje verde era de la diseñadora Emilia Wickstead. Lo combinó con un fascinator a juego de William Chambers, una bolsa de mano de Gabriella Hearts y calzados nude de Aquazzura.
A diferencia del año pasado, Harry y Meghan fueron conducidos a sus asientos antes de la llegada de la reina Isabel, quien caminó hacia a la iglesia escoltada por su hijo, el príncipe Carlos y la esposa de éste, Camila.
Meghan, radiante en su último acto oficial con la realeza británica
Meghan, radiante en su último acto oficial con la realeza británica
Los duques de Sussex se sentaron en una fila detrás de los duques de Cambridge, William y Kate, quienes se saludaron de lejos. Era la primera vez que se le veía a los cuatro juntos en un acto oficial desde el anuncio de Harry y Meghan de su retiro de la familia real.
Hasta el 31 de marzo los duques de Sussex cumplirán deberes con la monarquía y dejarán de usar el título de ‘alteza real’.
Meghan, radiante en su último acto oficial con la realeza británica
La primera vez que Meghan acudió al servicio anual del Commonwealth fue en 2018, meses antes de casarse con el príncipe Harry. Esa vez llevó un vestido blanco y ambos entraron a la iglesia junto a William y Kate, quien estaba embarazada de su tercer hijo, el príncipe Louis.
Meghan también acudió a este servicio en 2019 vestida de blanco. Estaba embarazada de su hijo Archie.
Meghan, radiante en su último acto oficial con la realeza británica
Meghan, radiante en su último acto oficial con la realeza británica