Admiradores, ráfagas de fotos, selfis, periodistas… el actor canadiense Ryan Gosling se dio un baño de multitudes en el Festival de San Sebastián, donde este lunes presentó la película First Man (El Primer Hombre), en la que encarna al legendario astronauta Neil Armstrong.

Gosling es una de las caras nuevas en la ciudad vasca, donde se proyectó la película dirigida por Damien Chazelle fuera de la competición oficial, en la sección Perlas.

El actor de Drive y La La Land (también de Chazelle) reconoció haber tenido un recibimiento “especial” en San Sebastián, donde decenas de admiradores y admiradoras lo aclamaron a gritos al llegar la noche del domingo y desde entonces no han dejado de pedirle selfis y autógrafos.

Ante una sala repleta de periodistas, este lunes comentó que el dar vida a Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna en 1969, fue ante todo una “responsabilidad”.

Gosling explicó que para prepararse el personaje tuvo acceso a los hijos del primer hombre en pisar la Luna, Rick y Mark, a antiguos colaboradores suyos y a astronautas de la NASA. Igualmente le ayudó la biografía oficial escrita por James R. Hansen, “un libro con mucha investigación”. “La gente que trabajaba con él decía que era de alguna manera imposible de conocer”; “un hombre con capas”, de modo que tratamos de encontrar “el hombre que había debajo de esas capas”, dijo Gosling.

El público de San Sebastián enloquece con Ryan Gosling

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El guion ahonda también en las fricciones del matrimonio del astronauta y su mujer Janet, y en la vida familiar, marcada por el fallecimiento de su hija Karen a causa de un cáncer.

“Lo que más me gustó del guion es que sentía que no era una descripción perfecta de lo que un matrimonio debería ser, me pareció que era real”, comentó la actriz británica Claire Foy, intérprete de Janet y premiada hace una semana en los Emmy por su rol de Isabel II en la serie de Netflix, The Crown.

Gosling dijo haber apreciado el trabajar de nuevo con Damien Chazelle después de La La Land (2016), aunque esta vez el trabajo fue más exigente, a nivel físico y psicológico. “El mayor desafío era saber que los hijos de Neil y Janet iban a ver la película”. Eso resultó “abrumador”, dijo el canadiense sobre el filme, que tiene entre sus productores a Steven Spielberg.