Algo Azul es la nueva película panameña dirigida por Mariel García Spooner en su debut como directora, y producida por María Isabel Burne. Es una comedia romántica que lleva a reflexionar sobre verdaderos los motivos de un matrimonio y la superficialidad que a veces rodean esta ceremonia.
Esta producción de sello local presenta el día dramático en el que Ana, interpretada por la panameña Liz Grimaldo, escapa del hotel donde trabaja con un traje de novia ajeno y decide casarse ese mismo día. La persecución que le dan la dueña del vestido y la policía la llevan también a un cuestionarse a sí misma y a la veracidad de su amor.
Algo Azul, el amor sobre la superficialidad
Estrenada en salas de cine de Panamá, Centroamérica, República Dominicana y Puerto Rico, es la primera producción cinematográfica local estrenada en cines durante la pandemia. Su elenco incluye a Liz Grimaldo, Carlos Torres, Andrea Pérez Meana, Pablo Brunstein, Ana Alejandra Carrizo, Robin Duran y Andrés Morales. La pequeña Bettina Tapiero también de la cinta.
Tuvo su estreno mundial en Los Angeles Latino International Film Festival, de Estados Unidos y fue selección oficial en AFI Latin American Film Festival, uno de los principales eventos culturales de Washington.
La novia fugitiva en motocicleta
Mariel García Spooner era asistente de dirección en un cortometraje durante su tiempo como estudiante en Barcelona cuando a su mente llegó la imagen de una mujer vestida de novia huyendo en una moto.
Algo Azul, el amor sobre la superficialidad
La idea fue adquiriendo nuevos cuadros, formándose como una historia en su mente. Decidió escribirla. La imagen de la novia en la moto resultó en un guion de 30 páginas para un cortometraje llamado Algo Azul, que sería su proyecto final de la maestría.
Con un teaser o mini avance que logró grabar, llegó a Panamá con la intención de mostrar el proyecto y buscar apoyo para realizarlo. Empezó a trabajar el libreto con el guionista venezolano Emmanuel Chávez y luego ganó el premio del Fondo de Cine otorgado por el Ministerio de Cultura.
Mariel siempre buscaba referencias para su historia. Por eso, la pedida de mano de su mejor amiga fue oportuna para vivir de cerca los preparativos de un matrimonio “Se convirtió en mi conejillo de indias, trataba de absorber lo más que pudiera de la experiencia. Yo era la madrina y la dama de honor. También la acompañé a la elección del vestido y vi que hay muchas emociones alrededor de ese traje”, recuerda la directora en entrevista con Ellas.
Para la directora, el universo de Algo Azul representa una crítica social: “Me quiero casar, pero no me parece que la gente se deba volver loca gastando tanto dinero y endeudándose para lograr la boda perfecta. Lo importante es reflexionar con quién te estás cansando y si esa es la persona correcta. Hay mucha superficialidad en el matrimonio que a la gente se le olvida el verdadero significado”
Algo Azul, el amor sobre la superficialidad
Mariel fundó hace 15 años el Festival de cortometrajes Hayah. Durante su carrera, ha dirigido varios cortos, trabajado en televisión, locución, entre otros. Ser directora por primera vez se siente distinto a todo lo que ha hecho “Desde la etapa de pre producción encontré más retos de los que imaginaba. Como no tenemos una industria desarrollada, se presentan temas como salarios o alquileres muy altos que afectan las ideas del guion”.
De sus experiencias previas, rescata sus clases de actuación y trabajo frente a cámara. Eso le ayudó en su rol como directora a establecer mejor comunicación con los actores y desarrollar confianza con ellos.
Algo Azul, el amor sobre la superficialidad
Algo Azul fue grabada en los meses de septiembre y octubre de 2019 en ciudad de Panamá. Los meses más lluviosos del año fueron uno de los principales retos del rodaje de la primera película comercial producida por María Isabel Burnes, quien también trabajó en el filme Panquiaco (2020)
El equipo de producción de esta cinta contó con cineastas con trayectoria , nuevos talentos y una importante cuota de profesionales femeninas para su realización “Queríamos un balance en el equipo. Nosotras somos súper capaces. Es un tema de darle a las mujeres oportunidades de brillar” comenta la productora.
Las cineastas describen a este largometraje como una creación panameña de principio a fin. “Panamá luce de una manera increíble. En la película, además, se cuidó mucho el lenguaje. Queríamos llegar a un público familiar y que la historia se pueda entender en todos lo países latinos. Cuando se habla tan coloquial, las películas no viajan tanto y no las consideran para plataformas porque no la entienden en otros países”
Algo Azul, el amor sobre la superficialidad