A la exposición Mi mar estaban invitadas 40 personas, pero llegaron más de 80. Ese día en la galería de arte Mateo Sariel, Ana Raquel García Montfort, de 22 años, exhibió las piezas de su trabajo de graduación titulado: Calado y tallado de huevos, como una propuesta de arte moderno.
La muestra consistía en 12 huevos de avestruz, 3 de emú, 2 de ñandú, 6 de ganso y 6 de pato pintados, tallados y calados. El jurado la calificó con 100.
Una carrera para Ana Raquel
Cuatro años atrás, Adriana de Juliao, la mamá de Ana Raquel, buscaba opciones para que su hija siguiera estudiando después de graduarse de la escuela secundaria Pierre Faure School.
El mar de Ana Raquel García, una artista panameña con síndrome de down
Adriana visitó universidades y conversó con profesores, por su cuenta. Escuchó varios no. Alguien le sugirió que capacitara a su hija para hacer labores de limpieza. Una profesora de música no le recomendó aprender un instrumento, pero sí le sugirió las artes plásticas.
La hermana de Adriana, Celia Montfort, quien siempre ha estado allí para su sobrina, sugirió averiguar en la Universidad del Arte Ganexa. Allí, en 2016, aceptaron la solicitud de Ana Raquel, una joven con síndrome de down, para estudiar la licenciatura en Artes Plásticas.
Adriana pidió una jubilación anticipada para dedicarse a ser tutora de Ana Raquel y acompañarla a sus clases. “Los profesores hicieron algunas adecuaciones y se portaron excelente con Ana Raquel”, cuenta Adriana. Aunque al principio le costó un poco adaptarse al nuevo ambiente, llegó a sentirse muy cómoda. En su hogar escuchaba música mientras pintaba.
En el horizonte una tesis y el mar
Cuando finalizó el primer año de la carrera, madre e hija empezaron a investigar cuál sería el proyecto de tesis de Ana Raquel. Para graduarse había que hacer una muestra. Después de mirar diferentes opciones de arte con diversas texturas, se decidieron por calar, tallar y pintar superficies de huevo.
El mar de Ana Raquel García, una artista panameña con síndrome de down
Compraron una máquina de tallado y Ana Raquel empezó a practicar con huevos de gallina. Viajó a Colombia para un curso de calado y tallado de huevos. Esto le permitió a la joven artista familiarizarse con la máquina, el ruido y la fragilidad de las cáscaras. Empezó con los huevos de avestruz, más duros y fuertes, para seguir con los de emú, ganso, pato y gallina.
Aprendió a vaciar los huevos, a secarlos y prepararlos para trabajar sobre ellos. Como a ella siempre le gustó el mar y sus elementos, decidió que el mundo marino sería su tema.
Completar el proyecto le tomó 18 meses. En una hoja dibujaba peces, algas, olas y luego a escala hacía el mismo dibujo sobre el huevo, en la máquina los calaba o tallaba para al final pintarlos.
El mar de Ana Raquel García, una artista panameña con síndrome de down
El trabajo de Ana Raquel fue documentado en videos. Adriana explica que esto era importante para mostrar que las obras eran hechas por ella. Sus profesores también le dictaban clases a domicilio.
Cuando llegó el momento de buscar donde exponer las obras Adriana lo pensó dos veces. Años atrás se había acercado a una galería para que Ana Raquel aprendiera a enmarcar cuadros y la respuesta fue no: “si la acepto se abrirá una caja de pandora”, le dijeron.
Esta vez obtuvo un sí muy rápido. Alexandra Arias, de la galería Mateo Sariel, ni siquiera había visto las piezas pero aceptó hacer espacio para el proyecto de Ana Raquel. Adriana está muy agradecida con ella y con quien le hizo el contacto: Cristina Erroz de Stagg de la Fundación Aprendo y Trabajo que promueve la inserción laboral de personas con capacidades diferentes.
La exhibición estaba pensada para quedarse un día pero la galería la dejó una semana.
La Universidad de Arte Ganexa publicó en sus redes sociales que Ana Raquel García era la primera persona con síndrome de down que graduaban como licenciada en Artes.
El mar de Ana Raquel García, una artista panameña con síndrome de down
Después de su triunfo con los huevos, su tía Cecilia le comentó a Ana Raquel que iba a tener que hacer más huevos porque a la gente le habían gustado mucho. Ella pensó y le respondió: “el artista crea solo una vez”.
Y ahora ¿qué sigue? Más oportunidades para jóvenes con capacidades diferentes
Adriana Juliao está muy agradecida con todas las personas que han apoyado a su hija, pero sabe que se necesita hacer mucho más por los alumnos con síndrome de down. Por ejemplo que cuenten con espacios para trabajar, ese es uno de los desafíos que enfrenta ahora su hija.
El mar de Ana Raquel García, una artista panameña con síndrome de down
Por ahora, Ana Raquel, una vez por semana, enseña a pintar a los estudiantes de prekinder y kinder de la escuela Pierre Faure School, donde se graduó.