Para cuando publique este escrito, miles de musulmanes en Panamá y millones en el mundo habrán iniciado con gran júbilo y alegría el mes de ramadán, el mes de ayuno para la fe islámica; noveno mes del calendario lunar islámico. En este mes se revelaron los primeros versos del Corán al profeta Muhammad y que se extendió durante 23 años hasta ser completada.

El ayuno es uno de los cincos pilares del islam junto con el testimonio de fe (Shahaadah); la oración (Salah), que se realiza cinco veces al día; la contribución social (Zakaah), consistente en dar el 2.5% o más de los beneficios anuales a personas necesitadas; y la peregrinación (Haj) a Meca, que se realiza al menos una vez en la vida, siempre y cuando esté dentro de sus posibilidades económicas.

Es obligación para todo musulmán hacer los ayunos a partir de la edad de la pubertad, que se encuentre sano de juicio y saludable. Se excluyen ancianos, viajeros, enfermos mentales, mujeres embarazadas, quienes pueden compensarlos en un futuro, de ser posible.

El día de todo musulmán, en este mes, inicia desde que se asoma la primera luz del sol y finaliza a su puesta, absteniéndose de comer y beber durante este período. A esto adicionamos continuar con nuestras labores de trabajo y/o responsabilidades familiares, recitar el Corán con más frecuencia, realizar las cinco oraciones diarias, agregando una muy especial (tarawih) que se practica en la noche y contiene largas recitaciones del Corán. Todo esto en búsqueda de acercarnos más a nuestro Creador. Es un mes de reflexión, de espiritualidad y de paz para todos los hogares musulmanes.

Aunque el ayuno es beneficioso para la salud, debido a que elimina toxinas e impurezas del cuerpo, es considerado principalmente como un método de autopurificación y disciplina. Al renunciar, durante un corto tiempo, a los placeres mundanales, una persona que ayuna comprende mejor el valor de los alimentos, y las dificultades de los que carecen de ellos; adquiere autocontrol y crece en su vida espiritual.

El mes de ramadán culmina con la celebración de Eid al-Fitr. En este día, muy esperado por grandes y chicos, se realiza una oración especial en la mañana, todos se visten de fiesta, se visita a los enfermos, familiares, se comparten regalos, dulces y se hacen reuniones para festejar la ocasión.

Finalizado el día, lleno de emociones y alegrías, nos levantamos al día siguiente con nostalgia y suspiros añorando la paz y tranquilidad que brinda el mes de ramadán.