El chocolate es un alimento que a muchos encanta, ya sea por su dulce sabor o por el placer que provoca querer siempre más. Las sustancias que lo conforman nos regalan sensaciones de tranquilidad, euforia, felicidad y sedación.
Cuando probamos un mordisco de chocolate, poco pensamos en el extenso proceso que se llevó a cabo para producirlo. El proceso para llegar a esa barra de chocolate que sostienes entre tus manos es más hacendoso de lo que te imaginarías. Podríamos comparar esta labor a la creación de un buen vino.
El santuario
Con un ambiente acogedor, Tropical Chocolate Café ofrece una increíble variedad de chocolates panameños de la más alta calidad. Ubicado en el Casco Viejo, y decorado con un tapiz de una selva tropical, ofrecen combinaciones exóticas, más de 20 sabores de bombones, incluyendo relleno de maracuyá o con relleno de limón, así como barras de chocolate oscuro 60%, 70%, 90% y 100% cacao, souvenirs, confitería, una carta de café e infusiones de té.
Este fresco rincón existe desde aproximadamente un año y es un espacio que Forest Finance, empresa reforestadora, ha establecido para celebrar el exquisito cacao panameño. La degustación de chocolates es posible en el local; ahí se aprende sobre la elaboración de este manjar.
El cacao con el que se produce el chocolate viene directamente de las plantaciones en Bocas del Toro, donde poseen 150 hectáreas de plantaciones productivas y 150 hectáreas con reservas forestales.
Un santuario para el chocolate panameño
Panamá, un país con potencial
El árbol de cacao es originario de las zonas tropicales caracterizadas por un ambiente cálido y húmedo; este clima favorece su crecimiento. La planta de cacao necesita altas temperaturas durante todo el año, lluvias regulares y una atención constante para producir correctamente los granos de cacao. Pese a que en Panamá contamos con dichas condiciones, aún no se considera al país como un alto productor de cacao como otros de la región. No obstante, la calidad del cacao sembrado en tierras panameñas se considera alta, y poco a poco el cacao panameño deja de ser un tesoro inexplorado.
‘Tree to bar’: del árbol a la barra
El cacao de Oro Moreno es seguidor de la filosofía tree to bar, una tendencia que se esfuerza en garantizar la mayor calidad posible. Se da en empresas chocolateras que cuentan con sus propias plantaciones de cacao y se encargan de realizar un seguimiento a la semilla desde su siembra hasta la elaboración de la barra de chocolate, tomando en cuenta su genética y procesos de postcosecha, tales como fermentación y secado.
En este caso, la plantación de cacao se encuentra en Bocas del Toro, en un área que previamente fue un potrero; restablecieron el bosque y plantaron bajo la sombra. La plantación se hizo acreedora de un sello UTZ, una etiqueta para la agricultura sostenible, en la que se deben cumplir requisitos como: igualdad de género, salarios justos para los trabajadores, la inexistencia de trabajo infantil y cuidado del medio ambiente, entre otros.
Un santuario para el chocolate panameño
Cómo reconocer un buen chocolate
• Debe tener un alto porcentaje de cacao: a más porcentaje, mayor cantidad y pureza posee. (Lo recomendable para aprovechar los beneficios del cacao es que se consuma chocolate con un mínimo de 70%). • Al partir el trozo de chocolate, debe emitir un sonido seco y claro. • Una vez introducido en la boca debe fundirse instantáneamente con una suavidad absoluta y no tiene que tener ningún resto de granulosidad. • Debe ser marrón oscuro y brillante, uniforme, sin ningún tipo de mancha o burbuja.