Decía mi abuela una frase cada vez que me notaba intransigente: “hay más tiempo que vida”. Recuerdo esos momentos por su tenacidad y alegría. Cuando siento que estoy auto acelerándome en mi mente resuenan aquellas cinco  palabras sabias y que mucho de razón tenían.

Nos dejamos llevar en muchas ocasiones por lo que se supone es urgente; aquello que llega de repente como solicitud intransigente sin importar que tanto una pudiera estar ocupada en alguna gestión, desarrollo o misión de trabajo que también fue asignada, desplazando el trabajo programado, porque con exigencia se nos indica que eso se necesita para ya.

Admiro a aquellos profesionales que toman las cosas con la calma necesaria, con suficiente inteligencia emocional para no dejarse arrastrar por las emociones del momento. Ellos saben diferenciar lo urgente de lo no urgente. Aun cuando se pinte de urgencia extrema, todo a su debido tiempo debe completarse, hacerse a conciencia, ya que el apuro trae cansancio y deja como consecuencia, en algunas ocasiones,  errores evitables.

Vale la pena tener auto dominio y empezar a practicarlo para no dejar de sentirnos felices en nuestros puestos de trabajo.

Vale la pena intentar ser felices en los ambientes de trabajo, para ello te puedo recomendar que te antepongas a todas las solicitudes y utilices la frase tan trillada pero cierta “de ser proactivo” e intentes tener todo el trabajo al día. Para lo que tenga relación con tu puesto, que no sea parte de tus funciones, pero de lo cual te ponen al tanto, puedes tener ideas para aportar, como un banco de posibles archivos y tareas.

Los ambientes de trabajo no son fáciles. A veces toca lidiar con burocracia exagerada y repetitiva que no marca avance alguno, así como bochinches, reprocesos. Aunque en otras ocasiones nos encontramos con personas tan diligentes y armoniosas que produce bienestar físico y mental  el hecho de poder trabajar con ellas, son como un oasis en medio de situaciones que no se pueden controlar porque el ser humano es complejo, dinámico y nos toca trabajar en grupo y unidos.

No es complicado tratar de ser felices en los campos laborales, debemos enfocarnos en lo que deseamos aportar y ser muy claros y sinceros con el trabajo, con la coordinación y siempre ser metódicos y facilitadores para ver si así, otros copian nuestra forma de idear el trabajo, ya que la vida debiera ser más simple y no complicada y como lo he dicho en artículos anteriores, estamos en un momento en donde las emociones son vitales y la actitud y el buen clima laboral será parte de un todo al momento de rendir productivamente y con eficacia.

Considero que a raíz de la pandemia se han desarrollado muchas habilidades en donde el bienestar es clave. En la medida en que conectemos actitudes que logren unir puentes y crear alternativas para mejorar la productividad, se logrará con éxito que los demás piensen de la misma manera, porque estarán viendo resultados favorables tanto para ellos como para la organización.

Seguiremos en otra vuelta.