Hay más cosas buenas que malas en Panamá. Eso es lo que Marisol Guizado y Cibeles de Freitas quieren que se sepa -por todos los medios-, con su proyecto Panamá en Positivo. Por cuarto año este emprendimiento reconoció a quienes hacen su parte para engrandecer a nuestro país.

“A veces, hablando y escuchando quejas, nos contaminamos”, manifiesta Cibeles del negativismo y los escándalos que pululan en nuestro entorno. “Sí, todo el mundo tiene problemas y el país no es perfecto, pero hay más cosas buenas que malas”, afirma con convicción.

Panamá en Positivo empezó como un programa de radio con Marisol en cabina. “Estudié carreras a las que no me dedico”, explica. “Empecé la primera, me aburrí y me salí. Me gradué de hotelería y turismo en Suiza. Cuando llegué a Panamá, trabajé en eso. También fui pasante en Morgan & Morgan. Por mucho tiempo no creí en mí misma. Ni concluía nada de lo que hacía y era muy irresponsable”.

Estuvo así hasta que tuvo que enfrentar grandes dificultades. Primero, una enfermedad que la dejó en silla de ruedas a los 29 años. Luego, vio a su padre luchar y ser abatido por el cáncer. Y por último, un problema serio en su trabajo. Cuando sentía que había tocado fondo, un amigo le dijo: “Tú mueves mucha gente en las redes y eres muy sociable. ¿Por qué no haces un programa de radio?”.

“Nunca lo había pensado, pero dije, ‘¿Sabes qué? Vamos a hacerlo”, recuerda Marisol. “Le toqué la puerta a Rogelio Campos, de Wao. Me dijo ‘No te conozco, no sé quién eres ni qué haces, pero creo que vas a tener éxito”. Era 2012 y el espacio que le dieron entonces fue los martes a las 9:00 p.m. A pesar de ser un horario difícil, Panamá en Positivo fue creciendo en audiencia y Marisol encontró su pasión. Entrevistaba a toda clase de empresarios y políticos, enfocándose siempre en las cosas buenas que hacían.

Más adelante, sus amigas le sugirieron que diera reconocimientos en un evento formal y le gustó la idea. Para la primera vuelta recurrió a Juan Carlos Tapia, quien había sido buen amigo de su papá. El segundo año lo hizo sola, y no fue fácil, pero ahí conoció a Cibeles -una de las nominadas en la categoría Medio Digital- con quien hizo clic y juntas han llevado el timón del programa y sus ramificaciones desde entonces.

“Ella tiene déficit y yo soy desesperada”, ríe Cibeles, quien tiene una empresa de relaciones públicas junto a su socia Erika Nota. “Trabajé muchos años como presentadora de televisión y ejecutiva de ventas. Cuando salí, lo más lógico era dedicarme a esto”. Cibeles se especializa en media training, tiene un blog, su canal de Youtube y también enseña a hablar en público.

La plataforma de Panamá en Positivo ha crecido. El programa de radio ahora se transmite por Radio Panamá los lunes y miércoles de 4:00 a 5:00 p.m., pero el proyecto mayor es la premiación anual. Se nominan 5 candidatos en 13 categorías, y los ganadores son elegidos por un jurado. Este año, por primera vez, se implementó además el voto del público. Marisol se enorgullece de poder promocionar lo bueno del país y reconocer a quien lo merece. “No tienes idea de la cantidad de gente que podemos nominar y no nos da chance”, afirma. “Hasta los jurados exclaman: ‘Wow, de esto hay en Panamá’. Te das cuenta que somos un país bendecido y maravilloso”.

Algunos de los nominados este año fueron Fridays’, en la categoría Empresa en Positivo, precursores de la campaña de no emplear carrizos plásticos; Iván Chanis, como Influenciador en Positivo, por su lucha por los derechos Lgbti; La Casa de las Baterías, en Sostenibilidad Ambiental, por reciclar baterías. “Su labor es maravillosa, con un producto que puede ser muy contaminante”, enfatiza Cibeles; Carolena Carstens, en Deportista en Positivo, y House of Lara en Emprendimiento en Positivo por la iniciativa de reutilizar piezas de mezclilla, que de lo contrario demorarían años en biodegradarse.

Bajo el paraguas de Panamá en Positivo también hay una fundación con el mismo nombre, que beneficia a mujeres en la cárcel. “La gente nos pregunta por qué ellas”, añaden. “Pero creemos que todo el mundo tiene derecho a otra oportunidad”. Enfatizan que a nosotros, como sociedad, nos conviene que esas personas no vuelvan a violar la ley. “Cuando una mujer cae en la cárcel, ese hogar se desmorona; sus hijos empiezan a delinquir”. El compromiso de la fundación es ayudar a resocializarlas, ofrecerles apoyo legal, psicológico, empresarial, y asesoría para saber incluso cómo ir a una entrevista de trabajo.

Al preguntarle si sienten que hoy en día hay más o menos cosas buenas que antes, son prestas en responder: “Depende de ti. La persona que quiere vivir en su drama, vivirá en su drama. Si eliges ver las cosas buenas, vas a verlas”.