Al igual que sucede con los perros, existen numerosas razas de gatos oriundas de diferentes países. Las características peculiares y distintivas de cada una de ellas han sido fijadas a través de la crianza selectiva.
En ocasiones, algunos de estos rasgos son producto de una mutación genética espontánea que despertó la atención de alguien que quiso preservarlo y así crear una raza. Por ejemplo, un gatito que ha nacido sin cola, con las patas cortas, o como en este caso las orejas, cuyo formato hacen distintivo al Scottish Fold.
A diferencia de los perros, en los que mayormente se buscó una función para hacer determinadas labores, las razas felinas están basadas en la estética y el carácter.
La historia de este gato escocés es bastante parecida a la de otros. En los años 60 nació una gata blanca con las orejas dobladas hacia adelante que se llamó Susie y puede considerarse como la madre de la raza. Luego de unos años, esta carismática gata tuvo cría y sus cachorros nacieron con su mismo tipo de orejas. A partir de ese momento comenzó el proceso programado de crianza para conseguir al Scottish Fold que hoy conocemos.
En primera instancia, este gato escocés despertó diversas controversias y una de ellas eran justamente a raíz de sus singulares orejas.
Como siempre les comento, hay determinadas características genéticas que no vienen solas y, en este caso, la mutación que provocó el atípico doblez traía paralelamente un trastorno articular grave, que podía llegar incluso a la pérdida de la movilidad. Posteriormente, la solución fue incorporar a su genética gatos americanos y británicos, ambos de pelo corto.
De todas formas, en Gran Bretaña hubo cierta reticencia con esta raza, no siendo reconocida por todas las asociaciones, por lo que su desarrollo mayor fue en Estados Unidos, donde actualmente es uno de los gatos más buscados.
Características del ‘Fold’ Escocés
Con una cabeza redonda, enormes ojos, nariz corta, orejas dobladas y un cuerpo de musculatura robusta, con patas relativamente cortas y gruesas, este felino es mucho más que un gato llamativo.
Su lucidez, carácter apacible y un evidente gusto por la compañía de las personas han sido uno de los motivos que lo convirtieron en el favorito de muchísimas familias. Quienes conviven con ellos cuentan que son tan balanceados en sus acciones, que las pocas veces que utilizan su maullido lo hacen muy discreta y delicadamente.
Los encontramos en dos variedades, pelo corto y largo. El cuidado de su manto no es difícil, siempre y cuando se quite el pelo muerto con un cepillado regular y se mantenga sin nudos. Debido al pliegue de sus orejas, necesitarán limpieza y controles periódicos como medida preventiva.
Un dato curioso es que los cachorros de esta raza no muestran como serán sus orejas hasta los 20 días aproximadamente, cuando aparecen los primeros indicios del doblez, si es que lo tendrán. El hecho de haber introducido en su genética otros tipos de gatos como manera de sanear sus problemas también influye en que, en ocasiones, nazcan gatitos con orejas erguidas.