Hay quienes han ido por el capuchino, que ostenta el logotipo Dior sobre su espuma. Otros, para disfrutar del cosmopolita ambiente. Algunos más, porque son de los que tienen que estar en todas, y por último, los que van solo por la foto ‘instagrameable’, porque hoy en día, si no lo compartes en tus redes, mejor no hubieras ido.

El rejuvenecido Miami Design District ya perspiraba trendiness, pero el Dior Café llegó a coronar el vecindario. Anidado en la azotea, en el tercer piso de la boutique de marca, es un curioso oasis de verdor, esculturas de tigres, monos y jirafas estampados con el icónico toile de jouy en delicados azules y rojos, y sofisticación francesa con un giro avant garde.

Un café ultrachic en la boutique Dior de Miami

Un café ultrachic en la boutique Dior de Miami

El estampado francés del siglo XVIII adornó las paredes de la primera boutique Dior, cuando abrió en París en 1947. Ahora, Maria Grazia Chiuri, directora artística de la casa de modas, lo reinterpretó para la colección Crucero 2019. Este es el tema recurrente en la estética del café. Las escenas pastorales, además de cobrar vida en las esculturas que están atentas en el suelo y que guindan de los árboles, aparecen en los cojines y hasta impresos sobre las tablas de madera del piso.

Un café ultrachic en la boutique Dior de Miami

Un café ultrachic en la boutique Dior de Miami

El café, que se inauguró hace apenas unas semanas en formato pop-up, es el lugar in para visitar. Si no para sentarte en uno de los sillones blancos con parasoles que flanquean el perímetro, al menos para tomarte la foto.

“¿Mesa para cuántos?”, ofreció una de las meseras a un grupo de chicas vestidas con muy buen gusto y tacones que me hicieron sentir a mí como una chaparra. “Gracias, solo queremos una foto”, repusieron, señalando hacia las letras de bronce con el logotipo Dior, el punto focal de la terraza.

Al preguntarle, la encargada del establecimiento me manifestó que desconocía hasta cuándo iba a estar operando el café, pero mientras, los comensales pueden disfrutar de un menú conciso, pero de exquisita inspiración francesa, que incluye cafés, tés, jugos, frutas, croissants y dulces variados. Por supuesto, todo muy chic y bien Dior.