Una escala de un día en Fráncfort fue la excusa perfecta para recorrer el centro de esta vibrante ciudad, la quinta más grande de Alemania. Con el mapa del metro en la mano, el punto de información del aeropuerto señala que para no perder tiempo, tome el tren y dirija los pasos hasta la estación Hauptwache, área donde convergen los principales atractivos turísticos de la ciudad, conectados por la vía Dom Römer.
Al salir, mi primera mirada se enfocó en un grupo de reporteros de Siria, quienes grababan entrevistas a varios refugiados de ese país y su condición de vida en Alemania. Por lógica profesional, me quedé mirando la escena, tratando de indagar lo que hacían, pero al rato me percaté de que era momento para marchar a descubrir, en las pocas horas de luz del día que quedaban, lo que pudiese conocer y absorber de Fráncfort, esa ciudad que desde el cielo se ve llena de industrias, algo de rascacielos y cientos de aviones despegando y aterrizando en su hub aéreo.
Una cita con mujeres fantásticas en Alemania
¿A dónde ir?
Una vez en el suelo, la pregunta surgía: ¿hacia dónde caminar? ¿Qué hacer? Una pareja alemana a la que abordé en la calle me aconsejó seguir la vía principal y no perderme la nueva exposición en la Galería Schirn.
Una cita con mujeres fantásticas en Alemania
Seguí el consejo casi a la perfección. Solo que pensaba que encerrarme en una sala llena de pinturas, no era lo indicado para un día de paso por la ciudad. Era mejor aventurarme a recorrer cada rincón, descubrir nuevos cruces, aceras, edificios antiguos, subir y bajar puentes, ver el río Meno y retratar todo lo que pudiese para preservarlo en mi memoria visual y en las tarjetas de mi dispositivo celular o en mi cámara convencional.
Al comenzar a apretar el frío a las 4:00 de la tarde, tomé el camino de retorno desde el puente El Eiserner Steg, una pasarela peatonal de hierro que une el centro de Fráncfort con el distrito de Sachsenhausen. Pensaba buscar una cafetería o un lugar donde resguardarme un rato.
Una cita con mujeres fantásticas en Alemania
La barriada Romenberg, con su plaza central rodeada por edificios medievales que ha sido el escenario de coronaciones antiguas y actual plaza de ferias, mercados navideños y actos culturales, parecía el lugar perfecto para descansar.
Al mirar a mano derecha, una enorme imagen de un cuadro de Frida Kahlo me atrajo de inmediato. Se trataba de la exposición especial Mujeres Fantásticas: mundos surrealistas desde Meret Oppenheim hasta Frida Kahlo, que desde el 13 de febrero y hasta el 24 de mayo, se exhibe en la Galería Schirn (la misma galería que la pareja de alemanes me sugirió visitar). La exhibición se montó en honor a 34 mujeres exponentes del surrealismo en pintura, cine y escultura.
Una cita con mujeres fantásticas en Alemania
Algunas personas dicen que tanto los libros como la música te escogen, también los museos, las pinturas, el arte. Encontrarme con obras de Frida Kahlo, Leonora Carrington, Leonor Fini, Meret Oppenheim y Dorothea Tanning fue una hermosa cita con el arte.
Estas mujeres marcaron nuestra historia contemporánea, se atrevieron por medio de sus obras a ser irreverentes, revolucionarias, inspiradoras, profanas, precursoras, y sobre todo, artistas que desde sus trazos, imágenes, colores, sombras y piezas gritaban sus amores, pasiones, dolores, miserias, angustias y amistades, encuentros y desencuentros, en un mundo que había sido dominado en el arte por los hombres.
El legado de la mujer
La galería reseña que el espectáculo está dedicado a las mujeres artistas del surrealismo y precisa que tradicionalmente, a través de la representación de diosas, demonios, muñecas, fetiches y criaturas oníricas, el surrealismo masculino colocaba a las mujeres como musa en sus obras. Pero en esta muestra se reafirma el importante aporte y legado de las mujeres dentro del movimiento.
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Menciona que inicialmente las mujeres solo participaban en esta corriente en el papel de compañera o modelo, y podrían entrar al círculo que rodeaba a André Breton, el fundador del grupo surrealista. Sin embargo, la evidencia con estas obras es que ellas estaban más presentes y tomando protagonismo en el movimiento artístico.
De esta manera, se rinde homenaje a la participación activa y preponderante de las mujeres artistas en el mismo. La exhibición cuidadosamente diseñada y curada cuenta a través de las obras de las 34 artistas, la historia del surrealismo, que además unió trazos y obras de artistas que vivieron entre Buenos Aires, México, Nueva York, París y Londres, por citar algunos lugares.
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En las paredes de la galería se relata la vida de estas mujeres y su conexión unas con otras. La muestra está integrada por unas 260 pinturas, obras en papel, esculturas, fotografías y películas de 34 artistas de 11 países. Sin duda un encuentro fantástico.
Una escala que valió la pena y una visita obligada para quien en estos tiempos cruce el Atlántico para llegar a Alemania.