Las calles estaban abarrotadas. El tráfico, un poco más congestionado de lo normal. Por un momento temí que no llegaría a tiempo a la presentación de la colección Primavera 2020 de Michael Kors. Eso hubiera sido terrible, porque estuve lista dos horas antes.
El desfile, en el marco de New York Fashion Week, se trasladó por primera vez fuera de Manhattan y se llevó a cabo en Duggal Greenhouse, en Brooklyn, una edificación con energía solar y otras cualidades ecoamigables.
A medida que mi Uber se fue aproximando, el tránsito vehicular se hizo más lento. Otras personas se bajaban de los autos y caminaron las últimas yardas hacia la cita de moda. Yo no. Ese día el sol coronaba el cielo y la temperatura estaba en 32 grados, un interludio al clima fresco de los días previos y posteriores.
Michael Kors en NYFW: un desfile lleno de optimismo
Cuando llegué, encontré un ambiente de efervescencia. Personal de la casa de moda, uniformados en ropa negra con tshirts impresos de Michael Kors, daban indicaciones y mantenían el orden. De cara al agua, porque el greenhouse se encuentra en el puerto de Brooklyn Navy Yard, celebridades, influenciadores e invitados posaban frente al paredón celeste con el sello de la marca. Sin duda, las fotos encontraron rápido un lugar en las redes sociales.
Ya en mi puesto, contemplé los alrededores. Frondosos árboles flanqueaban hileras de bancos de madera que estaban situados a todo lo largo del recinto para sentar a las centenas de espectadores que pronto lo llenarían. Me sentía feliz de estar ahí, a minutos de presenciar el desfile de uno de los diseñadores más preeminentes de Estados Unidos.
Michael Kors en NYFW: un desfile lleno de optimismo
De pronto, la editora de un medio costarricense que estaba sentada a mi derecha me dijo: “Ahí está Yalitza Aparicio”. Obvio, tuve que ir a tomarme una foto con ella. Me sorprendí de ver a una celebridad sentada tranquilamente y tan accesible. Lucía deslumbrante, y la calidez con la que me respondió el saludo me ayudó a ignorar la pena.
Volví a mi puesto con mi trofeo en el celular. La pantalla marcaba unos minutos pasadas las 10:00 a.m., hora en que supuestamente empezaría el desfile.
Los fotógrafos, una multitud de ellos, ya estaban acomodados en su área designada, de frente a la pasarela. A un costado, asistentes de pie aglomerados en la sección stand-by.
Mi compañera de banquito anunció “Llegó Nicole Kidman”, y se me salió un “¿¡qué!?”. Es usual que las estrellas desciendan a los desfiles de NYFW, solo que no esperaba a una de la talla de Kidman, testimonio del poder de convocatoria del diseñador. Poco después llegó Kate Hudson, escoltada también por el flash de las cámaras hasta su puesto, claro, en primera fila. Anna Wintour y Grace Coddington ya estaban en los suyos.
Michael Kors en NYFW: un desfile lleno de optimismo
Me sentía más temeraria. Me dirigí al sector donde solo un rato antes me había tomado la foto con Yalitza. Ahora, estaba atestado y acordonado. Desde unos metros de distancia yo, junto a muchos otros reporteros y curiosos, tratábamos de sacar las mejores fotos de la primera fila, hasta que nos mandaron (con insistencia) a sentarnos.
Mi reloj marcaba las 10:17 a.m. cuando el Young People’s Chorus de Nueva York comenzó a cantar American Pie al estilo gospel. Empezó el show.
Una tras otra, las modelos desfilaron luciendo fabulosas propuestas, posiblemente la colección más diferente que ha presentado Michael Kors, pero sin traicionar el ADN de su marca.
This land is your land, New York is a wonderful town, y canciones del mítico Frank Sinatra fueron entonadas por el coro, en una celebración al sueño americano. No me pasó desapercibida la coincidencia de que ese día era 11 de septiembre, algo que me pareció hasta poético.
Michael Kors en NYFW: un desfile lleno de optimismo
La colección, inspirada en la mujer de los años 40, no decepcionó. Tenía de todo. Componentes náuticos, como rayas y anclas; polka dots grandes y pequeños; románticos vestidos de verano; cinturas ceñidas; hombros marcados; encantadores prints de frutas; brillo incorporado a piezas de diario y también vistosos trajes para la noche. El elemento insignia, uno que se repitió durante el desfile, fueron las estrellas, que evocaban la bandera de Estados Unidos.
El diseñador ha manifestado que esta ha sido la colección más patriótica que ha hecho. Se inspiró en el sentido de posibilidad, en el optimismo y en todas las cosas maravillosas que son el espinazo de la moda en Estados Unidos. “Las siluetas son un guiño a los años 1940, cuando el mundo estaba en una posición muy difícil y Estados Unidos se remangó las mangas”, explica Kors. En ese entonces, los hombres se fueron a la guerra y las mujeres mantuvieron las factorías operando.
Michael Kors en NYFW: un desfile lleno de optimismo
Entre mis piezas favoritas estaba un suéter con diminutas anclas metálicas cosidas, que primero le vi a un modelo masculino, ya que la colección tiene líneas para ella y para él. Poco después lo lució una mujer.
Yo estaba tan absorta admirando la colección, que ni siquiera reparé en las modelos. Concluido el espectáculo supe que Kaia Gerber y las hermanas Bella y Gigi Hadid desfilaron.