Cada verano dedicamos tiempo en encontrar el bañador perfecto para nuestros hijos. Con el paso del tiempo los tejidos se debilitan, los agentes externos como el sol o el cloro pueden pasar factura al estado de nuestro traje de baño favorito y, aunque esto es algo inevitable, hay ciertas cosas que sí puedes hacer para conseguir que te duren más tiempo en buen estado.
A continuación te damos algunas claves sobre cómo lavarlo, secarlo y guardarlo. Antes de usarlo te recomendamos que lo pongas en remojo con un poco de vinagre o agua con sal. De esta manera, ayudarás a que se fijen los colores y que te dure más tiempo.
Presta atención al lavado. Lo más recomendable es lavarlo a mano con agua fría (el agua caliente debilita el tejido) con un jabón neutro para eliminar las partículas de cloro, salitre o crema solar.
Secar a la sombra. El sol es uno de los grandes enemigos del color de tu vestido de baño. Los rayos solares lo van aclarando y debilitando. Para evitarlo, espera que se seque bajo la sombrilla, siempre al reverso. Huye de la secadora, pues destruye las fibras elásticas del bikini. Si vas a colgarlo de unas cuerdas con pinzas, fíjate bien dónde las colocas para evitar marcas.
Cuatro consejos para cuidar -y conservar- tu vestido de baño
Cuidado al escurrirlo. Es una de las cosas que más hacemos y con las que más precaución se debe tener. Es frecuente que, para escurrirlo, lo retuerzas. Debes evitarlo, ya que de esta manera se deforma la prenda. Si además tiene detalles estampados o bordados, podrían salir altamente perjudicados por esta torsión. Elimina el exceso de agua con mucho cuidado.
Nunca guardarlo mojado. La humedad es el ambiente idóneo para la aparición de hongos y el olor que deja en los tejidos tampoco es muy agradable. Deja que se seque bien antes de meterlo en un cajón o bolsa de playa, listo para su siguiente uso. Nunca lo guardes mojado en una bolsa de plástico; preferible envolverlo en una toalla.
Presta atención a dónde te sientas. Algo tan común como entrar y salir de la piscina por el bordillo puede estropear el traje de baño debido al roce con la superficie áspera. También debes ser especialmente cuidadosa a la hora de sentarte a la orilla del mar, y no hacerlo mucho rato, ya que la arena se introducirá en el tejido y lo dañará.
Cuatro consejos para cuidar -y conservar- tu vestido de baño
Guardarlo al final de la temporada. Si quieres encontrarlo en buen estado el verano siguiente, hay ciertas cosas que deberías tener en cuenta: no lo guardes de cualquier manera y, antes de hacerlo, lávalo a mano con agua tibia y después darle un segundo lavado en la lavadora (sin suavizante, metido en una bolsa de tela y con un ciclo para prendas delicadas). Cuando esté seco, guárdalo en una bolsa de cierre hermético o de tela suave para proteger la prenda de la humedad.