Magda Tamayo describe su regreso a las pasarelas, después de seis meses, como un reencuentro frío.
La modelo basada en España, y que inició su carrera de modelaje mientras vivía en Panamá, participó en el desfile de la diseñadora María Lafuente en el marco de la Semana de la moda de Madrid primavera verano 2021, que se desarrolló del 10 al 13 de septiembre en distintos puntos de la capital española.
Este fue su primer trabajo en modelaje desde hace seis meses. “Se habla mucho de la nueva normalidad, pero todo se siente muy extraño. Actualmente hay muchos casos de covid-19 en España, pero cuando sales a la calle, pareciera que nada está sucediendo”, cuenta en entrevista telefónica desde Madrid.
En febrero, Magda, nacida en Colombia, inauguró su agencia de modelos Jolie. Un mes después tuvo que suspender sus operaciones debido al confinamiento por la propagación del nuevo coronavirus. Desde entonces se dedicó a su trabajo como tutora estudiantil y a dar sus cursos de modelaje, ambos oficios de modo virtual.
El nuevo ‘backstage’
En backstage con mascarilla: Magda Tamayo cuenta su regreso a la pasarela
Desde agosto, Magda empezó a recibir llamados de casting para proyectos de moda, pero poco después eran cancelados por rebrotes.
Este año, el Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid fue un híbrido entre shows virtuales y otros presenciales con público restringido.
Magda participó en el desfile presencial de la colección para las temporadas primavera-verano 2021 de la diseñadora María Lafuente. En el show solo se permitió la presencia de medios de comunicación y algunos invitados especiales.
Cuenta, que este año Lafuente decidió convocar a modelos con las que había trabajado previamente, como Magda, a quienes ya conocía sus medidas.
En su primer desfile en medio de una pandemia, Magda encontró un ambiente que contrastaba con el concepto que conocía de un backstage de pasarelas, que suele ser un lugar de mucho tránsito y actividad: “Una acostumbra a estar con su grupo de amigas en el camerino, pero eso no fue posible por las reglas de distanciamiento. Nos teníamos que sentar lejos entre nosotras. Incluso, me di cuenta que otras modelos que conocía también desfilaron solo cuando vi sus fotos en Instagram, no las reconocí por la mascarilla. Fue un desfile muy frío. Antes, teníamos la costumbre de pedir pizza y todas compartimos mientras esperábamos para desfilar. Esta vez no se podía comer nada en el recinto, solo nos daban agua. Estuve desde las 3 de la tarde hasta las 10 de la noche sin comer”, relata la modelo.
Era importante seguir el protocolo de bioseguridad en todo momento. “Para maquillarnos, nos llevaban a un salón donde había una persona en la entrada con gel alcoholado que le pedía a cada modelo que se quitara la mascarilla que llevaba puesta, la desechara y, antes de entrar, le entregaban una nueva. Debíamos tener el cubreboca puesto mientras nos maquillaban. Solo nos maquillaron de la mitad del rostro hacia arriba [las modelos desfilaron con mascarillas] y las maquilladoras desinfectaban las estaciones cada vez que era usada por una modelo”, cuenta.
Las pruebas de vestuario que suele hacer el diseñador días antes para ajustar a las tallas de la modelo las piezas que presentará, se hicieron el día del desfile. “Tuve el vestido puesto al menos por cuatro horas antes de desfilar, era para evitar el contacto al quitarlo y ponerlo”.
Magda resalta el esfuerzo de los diseñadores que están presentando sus creaciones a pesar de las circunstancias que aún no se sienten remotamente cercanas a la vida pre covid-19. Desde junio, la modelo retomó los cursos presenciales en su academia, donde el uso de cubrebocas y el cumplimiento de normas sanitarias es obligatorio. Adaptarse a las nuevas realidades es la ruta a seguir, y la moda y sus protagonistas empiezan a encaminarse en esa dirección.