Kamala Harris, atando los cordones de la vicepresidencia

Kamala Harris sabía que durante sus actos de campaña política muchos no esperaban que la mujer que aspiraba a llegar por primera vez a la vicepresidencia de los Estados Unidos, acudiera a un gran escenario a hablarles de su visión de país en un par de skinny jeans y Converse.

El estilo no es nuevo; en 2011, la entonces fiscal ya acudía a actos públicos en un par de Chucks negras. Ha dicho que los tiene en distintos modelos, para diferentes climas o de plataforma, para llevar con pantsuits. Después de todo, la abogada de 56 años no desconoce el significado de ser pionera; lo ha sido a lo largo de su carrera política.

El 20 de enero, luego de la investidura presidencial, la hija de inmigrantes de la India y Jamaica se convertirá en la funcionaria de más alto rango que ha llegado al gobierno a través del voto.

Su vestimenta casual está salpicada de simbolismos. Para ella, como dijo al medio Complex, usar Converse tiene que ver con el deseo de muchos de regresar a lo básico, a la esencia de su país; los collares de perlas que suele llevar desde sus días de universitaria, hace más de 35 años, son un guiño a la sororidad afroamericana a la que perteneció cuando estudiaba.

Kamala Harris, atando los cordones de la vicepresidencia

Usar zapatillas no la aleja de la etiqueta de vestimenta de su posición, sino que demuestra que a la Casa Blanca merecen llegar figuras de un molde distinto, que lideren con eficacia al país, ya sea en power suits, zapatillas o tacones.