En las últimas décadas, la mujer ha estado preparándose mucho más y abriéndose campo en un sinfín de profesiones que antes solo estaban reservadas para los hombres.

Ha quedado demostrado que las mujeres podemos desempeñar cualquier papel con eficiencia como lo haría el sexo masculino. Gracias a estas oportunidades tenemos acceso a puestos de trabajo donde la imagen que proyectamos es tan importante como nuestros conocimientos y experiencias adquiridas.

Diariamente, veo cómo mujeres de diferentes estilos de vida asisten a sus trabajos, e incluso a entrevistas, vestidas de forma inadecuada, sin importar si utilizan sus uniformes o están en ropa civil. Aunque ustedes no lo crean, esto puede restarles puntos frente a sus superiores y limitar sus oportunidades a la hora de alcanzar un ascenso en su profesión.

Hay dos grandes trucos para aprender a vestir como una mujer profesional: el primero es saber cuáles son las formas apropiadas de vestir según la profesión que hayas elegido. Por ejemplo, lo que aplicaría para una ingeniera civil, quien está en el campo la mayor parte del tiempo, no es lo más indicado para alguien como yo, que por mi profesión trabajo en el rígido mundo de la hotelería.

El segundo truco consiste en que, no importa si estás en una práctica profesional o estás estudiando tu carrera universitaria, vistas con ciertas piezas que den ese aire de mujer profesional. No pienses que cuando llegue el momento te vestirás de una forma más adecuada. En realidad, te será más difícil acostumbrarte.

Adicional a lo que he descrito, existen cinco grandes NO a la hora de escoger tu look profesional:

• Ropa ajustada, escotada o muy corta. Este es el error más común de todos y uno de los que más impresiones negativas nos hace transmitir. Uses o no uniforme, tu lugar de trabajo no es el lugar más apropiado para llevar faldas demasiado cortas o blusas con escote; esos resérvalos para los fines de semana.

A los superiores no les agrada que se tenga una imagen poco profesional, y aunque no siempre te lo digan de forma directa, siempre buscarán una manera de hacértelo saber. En esta categoría entra la ropa muy ajustada (y no tiene nada que ver con el peso que tengas o la proporción de tu cuerpo). Hoy día, hay muchas opciones en el mercado que son aptas para cada tipo de mujer.

• Ropa demasiado llamativa. Nada de lentejuelas, brillo en exceso, accesorios gigantes o que hagan ruido, animal prints o estampados muy grandes, encajes transparentes, etc. Esto también se queda para el fin de semana.

• Zapatos inadecuados. Hace pocos días, escuché a una persona diciendo que su jefe había comentado lo poco profesional que se ven las damas llegando a las oficinas con sandalias flats. Lo apropiado es que, si te incomoda usar zapatos altos mientras vas y vienes del trabajo, uses siempre zapatitos cerrados tipo bailarinas y de preferencia en colores oscuros, ya que es de mal gusto tener un atuendo profesional con zapatos que muestren los dedos. Evita usar sandalias, ya sean altas o bajas, y mucho menos plataformas y zapatos de salir.

• Maquillaje incorrecto o no llevar maquillaje. Opta por maquillajes básicos y evita saturarte de colores o productos. Usa paletas en tonos básicos para verte arreglada, pero natural. Aprende las técnicas que se adapten a tu estilo de vida y presta mucha atención a tus cejas. Nada de cejas muy finas o demasiado remarcadas con lápiz y nunca te maquilles en tu puesto de trabajo.

• Mala presentación personal. Aquí entra la ropa arrugada, manchada o descosida. También el cabello descuidado, mal peinado o sucio. Influye también si llegas a la oficina con “rollos”, “anchoas” o mallas para el cabello con el famoso “tubi tubi”; estos son rotundos no. Tus manos y uñas también son parte de tu carta de presentación, llévalas de un largo aceptable, aun cuando no las pintes. No es necesario que estés siempre en el salón de belleza, muchas de estas cosas las puedes hacer tú desde casa.

No olvides que tu personalidad, tu inteligencia y la experiencia que tienes son tus mejores cualidades. No dejes que una mala proyección te detenga para llegar a donde quieres estar.