1. Escribe dos razones (sí, basta con dos) por la que das gracias por este día. 2. Concéntrate en la tarea que tienes enfrente y no en toooodo lo que tienes que hacer. 3. Escribe una meta personal: ¿comer mejor? ¿aprender otro idioma? ¿ser el mejor en tu área profesional? ¿mejorar tu relación con tu mamá? 4. Pon en tu agenda de hoy una tarea que te llevará a alcanzar esa meta. 5. Llama o envía un mensaje a un amigo o familiar que hace rato no contactas. 6. Vuelve a escuchar esa canción que te hacía sentir capaz de todo. 7. Toma el tiempo necesario para comer en paz y sin distracciones. 8. Solo por hoy, no te quejes. 9. Hazle un cumplido a alguien.

10. Da una caminata, así sea de 10 minutos. Da la vuelta en el estacionamiento de tu empresa o ve al supermercado a pie.

11. Toma más agua. En serio, te sentirás mucho mejor.

12. Canta. Así sea en el carro. Hazlo como si nadie te estuviera viendo. Y es mejor si nadie te está viendo.

13. Come ese helado que tienes años diciendo: “no debo comer eso, me hace daño”.

14. Abraza a un ser querido. Aunque se asuste y piense que tienes fiebre.

15. Destina 15 minutos a planificar esas vacaciones que siempre soñaste o a investigar sobre esa beca que quieres conseguir.

16. Y si ha sido un día fatal pregúntate: ¿qué lección me queda hoy?

17. Para que recobres fuerzas, piensa en tres logros de tu vida.