A seis meses del inicio de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) el ingeniero español Fernando Rivas se acercó a los organizadores del evento para hacer una propuesta: que en lugar de usar un techo estándar para cubrir el altar en Metro Park, donde el papa Francisco daría la última misa de la jornada, se creara uno singular y que perdurara. “En ciudades donde se han celebrado Olimpiadas, los estadios quedan y se les da uso. Quería algo que quedara como prueba física de lo que se vivió durante la JMJ”, comentó.
Un año después de la jornada, el techo forma parte del Auditorio JMJ, un nuevo espacio público en el Mirador del Pacífico de la Cinta Costera que está disponible para organizar actividades.
Fernando Rivas reside en Panamá desde hace una década. “Usted quizás no me conoce, pero seguramente conoce mi trabajo”, me dijo al reunirnos para esta entrevista. Él diseñó la cúpula que se sitúa sobre la plaza central de Altaplaza mall y los extremos en forma de punta que sobresalen del techo en la parte exterior de ese centro comercial, que en 2017 obtuvo el Premio de Oro en la categoría Nuevo Diseño y Desarrollo de América latina por el Consejo Internacional de Centros Comerciales.
Bajo el techo que cubrió al papa en su visita a Panamá
Un diseño que abraza
32 metros de ancho, ocho de altura en su parte central y seis en la parte posterior, eran los tres parámetros técnicos que pedía el Vaticano para su construcción. Cubierto de lona, el techo de bordes curvos posee dimensiones de 800 metros cuadrados. Según su creador, la intención del diseño era transmitir un sentido de abrazo. “Por su forma parece un abrazo amplio, de esos que no aprietan. Sus curvas lo muestran suave y eso aporta una esencia protectora y liviana”.
‘Panamá parecía otro país, pero los panameños eran los mismos’
El ingeniero afirma que recordarle a las personas cómo era Panamá durante los días de la jornada es el motivo de este proyecto. A ese comportamiento él le llama Espíritu J. “Panamá parecía otro país, pero los panameños eran los mismos. Había responsabilidad, quiero que eso perdure”. Identificó que la Cinta Costera era buen sitio para colocar la estructura porque es un espacio libre y accesible, “es un lugar muy panameño, cercano al metro y a hospitales”.
También por las atinadas dimensiones del espacio donde se colocaría. “El Vaticano pidió hacerlo a 32 metros de ancho para la JMJ. Resulta que el anfiteatro de la Cinta costera, construido años antes, tiene un anillo de 32 metros de ancho. No voy a hablar de milagros, sino de mágica coincidencia”.
Bajo el techo que cubrió al papa en su visita a Panamá
Para que todos asistan
El Anfiteatro JMJ ya abrió al público. Rivas indicó que “este en un proyecto de valores, sin fines económicos”. Bodas, citas deportivas, talleres, lanzamientos y festivales son algunos ejemplos de actividades que menciona se podrían realizar. Su capacidad es para mil personas de pie, 600 sentadas o 400 ubicadas en mesas. No hay una tarifa de alquiler, sin embargo, se aceptan donaciones.
El Auditorio JMJ no organiza actividades, pero gestiona y promueve su uso y a su vez, se encarga de coordinar los permisos con el Ministerio de Obras Públicas que administra la Cinta Costera.