¿Qué pasó por tu mente al escuchar sobre tu diagnóstico?
Lo recibí quince días después de cumplir 26 años. Nunca estás preparada para recibir esa noticia. Es una avalancha de sentimientos. Recuerdo que lo primero que me pregunté fue: “¿cómo se lo voy a decir a mis papás y a mi hermano?” En ese momento el diagnóstico fue melanoma en etapa III.
¿Cómo se lo contaste a tu familia?
Les dije por teléfono a mis papás, que estaban en Chiriquí. A mi hermano, que sí vivía en Panamá se lo pude decir en persona. Fue extremadamente difícil, pero ese abrazo de mi hermano me hizo sentir mucha paz. Esa noche oré y le dije a Dios que aceptaba su voluntad y que me diera fortaleza. Al día siguiente empezamos a buscar cirujanos oncólogos. La palabra melanoma era algo nuevo, pero unos años previos a mi diagnóstico, mi mamá había sido diagnosticada con cáncer de tiroides y lo había logrado vencer.
¿Cómo fue tu tratamiento?
Vivo en Chiriquí, pero tuve que mudarme a la capital. Tuve dos cirugías: una para extraer el lunar, otra para remover más tejido porque el melanoma era más agresivo de lo que se pensaba. Tuvieron que extirpar parte del músculo de mi pantorrilla izquierda.
Un diagnóstico como ese trae muchos cambios en el estilo de vida
Esto marcó un antes y un después. Empecé a estar más pendiente de mi piel, revisaba y conocía mis lunares y pecas, estudiaba sobre cáncer de piel para estar informada y pasar ese conocimiento a otras personas. Emocional y psicológicamente, aprendí a disfrutar de la vida y fui dejando de lado el vivir con miedo. El cáncer, dentro de su forma tan dura para impactar la vida, me enseñó tanto.
Algo que las personas deben saber acerca de lo qué es vivir con esa enfermedad, pero que desconocen
Yo desconocía del alcance que puede tener un melanoma. Este tipo de cáncer de piel es el más peligroso porque puede rápidamente pasarse a otros órganos. Una palabra clave es: prevención. La piel es nuestro órgano más grande y es fundamental cuidarla. Algo que me gustaría que le quedara a otros de mi historia es no dejar la salud de la piel en segundo plano. Revisen sus lunares con un experto. Los melanomas son silenciosos, pero la detección temprana puede salvar vidas.
Háblame sobre tu red de apoyo
Mi familia, amigos cercanos y doctores fueron clave. El cáncer afecta a toda la familia porque además del desgaste físico, está el emocional. Contar con quienes te aman y cuidan aligera la carga. La doctora Glynnies Reyes y el doctor Pablo Durán son dos ángeles que Dios puso en mi camino. Me hicieron sentir tranquila y confiada en que tomaban las mejores decisiones.
¿Cómo fue participar en esta sesión de fotos, que está en portada de Ellas, bajo un concepto que invita a la prevención?
No dudé en decir que sí para invitar a la prevención. No debemos vivir con miedo, pero sí hay que estar alerta. Conozcamos nuestro cuerpo, si notamos cambios vayamos al médico y mantengamos chequeos regulares. Además, cuando supe que iba a estar junto a la tía Berta, fue aún más especial. La admiro y me inspira. Sé que mi mamá desde el cielo nos veía y sonreía porque ella fue una gran vocera de la prevención. Sé que está orgullosa.
Perfil: Ana Carolina Evans tiene 30 años. Es profesional del mercadeo y manejo de redes sociales para empresas y marcas personales. Fue bailarina de ballet por 16 años y le gusta mantenerse aprendiendo constantemente. Viajar y conocer culturas diferentes es otra de sus pasiones, pero lo que más ama es a su familia y poder pasar el mayor tiempo posible junto a ellos.