Diseñadores, maquilladores, músicos, cantantes, bailarines, modelos, misses, actores... Para todos ellos, Nikki Ortega de Roy siempre tuvo un sí.
La productora de teatro, considerada una propulsora del arte en Panamá, falleció este miércoles 23 de noviembre, luego de permanecer varios días hospitalizada.
Su muerte llegó de forma repentina, sobre todo para los que trabajaron con ella por varias décadas en diferentes ámbitos del mundo artístico nacional.
“Nikki, para mí, fue como una mamá y sé que este sentimiento lo comparten muchas personas”, dijo Justine Pasek, Miss Universo 2002, en una entrevista exclusiva con revista Ellas.
Pasek ha sido la primera y única panameña en ganar ese concurso de belleza internacional. Fue Nikki de Roy quien la preparó para el certamen y se encargó de armar su vestuario.
En 1984, Nikki fue una de las fundadoras de Physical, agencia de modelaje con la que se producían concursos como Chica y Chico Modelo y Fashion Week Panamá. Impulsó también la creación del cuerpo de baile de esa agencia de modelos.
“Es una historia de más de 20 años”, expresó Justine, quien conoció a Nikki cuando ella tenía 16 años de edad. Trabajó en Physical como su asistente y luego concursó en Señorita Panamá. Nikki la acompañó cuando Justine, junto a su mamá, eligió su vestido de novia.
“Siempre dio de sí a todas las personas que se asomaron a su puerta, a su entorno, a los artistas, ella fue una mecenas del arte: directores, diseñadores, maquilladores, músicos, cantantes, misses, modelos. Creo que todo partía de su naturaleza materna Siempre fue tan generosa con todos...”, detalló Pasek, quien reside en Estados Unidos.
Por más de una década, Nikki de Roy fue directora del certamen de belleza Señorita Panamá. Preparó a varias concursantes panameñas para Miss Universo y Miss Mundo.
Nikki de Roy con su hija, la actriz Juliette Roy, en una imagen tomada de la cuenta de Instagram de Juliette.
Mentora y luchadora
Desde 2017, ya no formaba parte de Physical, pero se mantenía en contacto con sus otras socias, Astrud Cordero y Marie Claire Fontaine, a través de un grupo de mensajería instantánea.
“Mi mentora. No tengo más que palabras de agradecimiento hacia ella”, manifestó Cordero. Trabajaron juntas por 36 años. No solo destacó el impulso que tuvo Nikki en el arte y la cultura, sino también en la lucha por la democracia. “Una luchadora inalcanzable en el momento de la Cruzada Civilista... Salimos a protestar, a demostrar amor por esta patria”, evocó Cordero.
Comentó que justo hace una semana vio a Nikki en las historias de la cuenta de Instagram de su hija, la actriz Juliette Roy. Estaban en un evento en el Museo del Canal.
A finales de octubre, descubrió que Nikki y Juliette están en una de las tomas de un concierto de Barbra Streisand, en un documental disponible en Netflix.
“Una enciclopedia del mundo del arte. Ayudaba a todo el que podía y de manera anónima”, y recordó que a Nikki le encantaban las fiestas de Navidad y Año Nuevo. “Era el espíritu de Navidad en persona”.
‘Fue una pionera’
El estilista y maquillador Roberto Bonner la recuerda como una de las primeras en traer los ejercicios aeróbicos a Panamá, en la década de 1980, a través de su agencia Physical, y también una de las primeras en aplicar en nuestro país la técnica del “Color me Beautiful”, de Carole Jackson, que permite identificar los colores que más favorecen a una persona, según su tono de piel y de cabello.
“Siempre actualizada, conocedora de tendencias y con un gran sentido del estilo, ella compartía sus conocimientos”, relató Bonner.
‘Nikki hacía magia’
En sus últimos años, estuvo más involucrada en proyectos teatrales y producciones artísticas. Produjo obras como El fantasma de la ópera, Los Miserables, 1903 e In The Heights, entre otros.
Diana Durán, soprano y maestra de canto, vio a Nikki este año; ella la acompañó en el lanzamiento de su nuevo tema Llamas.
En Nikki encontró una persona que siempre la motivó y confió en su talento, pues le dio su primer gran papel en un musical, Carlotta, la prima donna de El fantasma de la ópera.
Diana, además, actuó en el Festival de Música en El Valle, con tres décadas de tradición, y que Nikki ayudó a producir durante varios veranos en El Valle de Antón.
Más que una productora, Durán la llama maga: “todos sabemos lo difícil que es en Panamá conseguir patrocinios para proyectos culturales y Nikki hacía magia para lograrlo”.
El festival se caracterizó por invitar a ganadores del Concurso de Piano Nelly y Jaime Ingram.
Diana recuerda que en El Valle había un grupo de jóvenes del área que había participado en unas clases de canto en verano y que Nikki procuraba invitarlos cada año a los conciertos. Ellos acudían sin falta.
Descansa en paz, Nikki de Roy.