La masturbación tiene un contexto distinto cuando se trata de mujeres. Hablar del auto placer femenino no es lo mismo que hablar del masculino, más aceptado debido a un sistema de creencias que ve al hombre como el ser naturalmente sexual, como el único que busca placer.

“A las mujeres se nos ha prohibido por mucho tiempo el poder empoderarnos de nuestros propios cuerpos. La masturbación te permite hacerte cargo de tu propia sexualidad”. Así opina Monserrat Muñoz, terapeuta de pareja y sexóloga panameña. Como explica, la masturbación, tanto en hombres como mujeres, es una forma física y psicológica de conocer el propio cuerpo mediante el tacto y la exploración, no solo de las sensaciones corporales sino de cómo el individuo se siente al hacerlo. “Lo importante es que la persona se conozca más a sí misma mediante el autoerotismo”.

Desaprendiendo

Durante su adolescencia, la información que Frankie Arrocha recibió respecto a la sexualidad siempre estuvo dentro del contexto de pareja y no desde el aspecto individual. En sus veinte, empezó a estudiar sobre estos temas y a escuchar mejor las necesidades de su cuerpo. “La masturbación es tanto autoconocimiento como revolución. Retomé el poder sobre mi sexualidad y entendí que puedo sentir satisfacción sin la idea de que necesito una pareja para que eso suceda”, comenta.

En sus redes sociales, Frankie abre espacios de conversación para tratar temas de sexualidad saludable, sobre todo para mujeres. “Es importante que entre nosotras nos apoyemos. Creo que me he convertido como en una hermana mayor para muchas chicas. Me hubiese gustado contar con la información que tengo hoy mucho antes, me habría evitado un montón de problemas y fracasos”.

El velo de vergüenza que cubre el abordaje de la masturbación femenina como tema de conversación es resultado de muchos aspectos; entre ellos, una cultura que idealiza a una mujer pasiva, las tradiciones religiosas y la falta de educación sexual afectiva basada en la naturalización de la sexualidad.

Monserrat Muñoz cree que la educación y la terapia son importantes para ir desestructurando las creencias que nos llevan a sentir incomodidad en temas como estos. “No tienes idea de la cantidad de mujeres que trato, de todas la edades, que están intentando luchar contra las creencias que no les permiten sentirse cómodas con su propia sexualidad. En la consulta, trabajamos principalmente en esos sistemas, identificamos patrones, analizamos cómo te educaron, qué significan las cosas para ti y cómo puedes darle una nueva definición para empoderarte. No es fácil, es un proceso doloroso porque es deconstruir toda tu vida”.

Para las mujeres, el auto conocimiento corporal y erótico no son los únicos beneficios que aporta la exploración íntima. La sexóloga indica que este acto permite identificar cuáles son tus zonas erógenas, qué te gusta y qué no; cuál es tu psicología erótica, es decir, qué te excita o qué fanatasías usas; cómo te sientes durante la masturbación, si te sientes sucia, si crees que estás haciendo algo malo o si estás cómoda. “En general, la masturbación significa conocimiento, pero para las mujeres, también es empoderamiento“.

Existen libros, películas y series que la psicóloga recomienda para conocer sobre sexualidad, empezar a cuestionarse y abrirse al entendimiento. El libro Tu sexo es tuyo, de Sylvia De Béjar es interesante para que mujeres y hombres reflexionen sobre temas de sexualidad que les afectan. La serie de Netflix, Sex education, ofrece un excelente aporte en temas de exploración, aceptación y terapias de pareja. El tercer episodio de la serie documental Goop Lab trata sobre la masturbación femenina y la técnica de la educadora sexual de 90 años, Betty Dodson.

Aunque aún existe mucha culpa y se ve como un ejercicio pecaminoso, Frankie ve que este es un tema del que se está hablando cada vez más. “Entre amigas, cuando hay realmente espacios seguros donde no hay juicios, las conversaciones son muy positivas y divertidas. Para cada mujer la sexualidad va a significar algo diferente, lo que debemos normalizar es la educación sexual y afectiva”.

El placer es nuestro, hablemos sobre masturbación femenina

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Antes de ser dos, somos uno. La masturbación en la relación de pareja

Las ideas que rodean a la masturbación femenina suelen basarse en mitos creados para causar pudor. Según la terapeuta, algunos de esos argumentos preconcebidos dicen que si se tiene pareja, no hay por qué masturbarse; que el sexo con esa persona debería ser suficiente o que si lo hago es porque a él le falta algo.

La masturbación de la mujer y del hombre no debería desaparecer aun cuando se encuentran en una relación. La psicóloga explica que las creencias culturales que valoran la vida en pareja, como meta de vida, no permiten plantear que la sexualidad es independiente y que luego la compartimos.

“Se puede ver desde ideas muy normalizadas como la de llamar a tu pareja ‘mi media naranja’, frase que dice que no estoy completo si no tengo a alguien. Desde la sexualidad, es lo mismo; la única forma en la que se acepta vivirla es compartiéndola. Eso llega al punto en el que se cree que la pareja tiene que saber qué y cómo me gustan las cosas. Ese es uno de los grandes retos que tengo de trabajar sexualidad en parejas porque se piensa que nuestro placer es responsabilidad del hombre. Hay muchos problemas de eyaculación precoz y de disfunción eréctil porque cargamos en ellos mucha responsabilidad justamente porque no se dan estos espacios para la masturbación, donde puedo conocer qué me gusta y luego puedo enseñarle a mi pareja. Se trata de valorar la individualidad de cada uno”.

A autoexplorarse

La terapeuta recomienda empezar la auto exploración femenina con un proceso de reconocimiento. Toma un espejo de mano, siéntate en un lugar cómodo, colócalo entre las piernas y mira la vulva. Antes de tocarte, conócete y normalizar las formas de tus labios y tu clítoris. “No me creerías la cantidad de mujeres que nunca se han visto ahí abajo”.

El placer es nuestro, hablemos sobre masturbación femenina

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En esa auto exploración, poco a poco te irás sintiendo más cómoda. Empieza tocándote e identifica dónde se siente bien y dónde no tanto. “En las primeras veces debe ser una actividad exploratoria, sin introducir aún dedos o vibradores”, aconseja.

Algunas técnicas para empezar están dirigidas a la estimulación del área externa de la vulva. “El sexo no está centrado sólo en la penetración, como nos enseñan. La mayoría de mujeres no tiene orgasmos con penetración, sino con estimulación más directa a la parte externa del clítoris”. Para ir subiendo de nivel, puedes usar algún juguete que no sea tan invasivo o puedes incluir a tu pareja.

¿Y si la primera vez no me sale cómo me lo han pintado? “Es probable que la primera vez estés muy incómoda porque hay muchos tabúes que pueden pasar por tu cabeza. El órgano sexual por excelencia del humano es su cerebro. Es común que las pacientes me digan que se sienten incómodas o que no se atreven a hacerlo. Hay que trabajar en esas emociones que no te permiten disfrutar. Este es un proceso. Sigue intentándolo”

Un juguete según tus necesidades

Gabriela, de la tienda de placer online Volupia, ha participado de talleres virtuales con organizaciones de mujeres para hablar del autocuidado y el placer. Con este emprendimiento, busca promover la sexualidad femenina desde el punto de vista sano, fluido y natural

“El autoplacer es un espacio de intimidad y de placer personal que deberíamos darnos el permiso de probar”, comenta la emprendedora.

Desde su experiencia con clientas, ha notado que el interés por conocer e integrar juguetes sexuales es cada vez mayor. Para elegir un accesorio, recomienda identificar tus necesidades y las partes de tu cuerpo que quieres estimular. Si eres principiante, recomienda el estimulador de clítoris de silicona; el Satisfyer, que es un succionador con ondas vibratorias; y el masajeador y vibrador Vibra G Pulse.

El placer es nuestro, hablemos sobre masturbación femenina

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