El Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es una plataforma que sirve de apoyo a aquellos emprendedores que piensan fuera de la caja y buscan por medio de ideas originales, soluciones nuevas a situaciones existentes. Por diversas razones, estas no han podido ser tratadas de la manera correcta para así garantizar su erradicación y crear un cambio positivo para el desarrollo de la sociedad.
Conversamos con Irene Arias Hofman, gerente para Latinoamérica y el Caribe de BID Lab, y pudimos conocer de primera mano sobre algunos proyectos que realizan, tanto en Panamá, como en la región, y el valor que tiene la participación de la mujer dentro de los programas que financian.
Con 550 proyectos desarrollándose en el área, el laboratorio brinda la oportunidad de crecimiento a diversos programas de diferentes sectores, entre los que podemos destacar el Flying Labs, iniciativa con presencia a nivel mundial, que en Panamá se desarrolla en conjunto con la Universidad Tecnológica. Este busca dar solución a problemas sociales y medioambientales a través del uso de drones u otros mecanismos autónomos, aplicando así tecnologías robóticas en el país y en áreas de la región en donde puedan aportar su respaldo.
Entre otros proyectos que realizan encontramos la iniciativa junto a Mar Viva que trata de concienciar a los pescadores del golfo de Montijo a llevar una pesca responsable adaptada a las situaciones causadas por el cambio climático. También se encuentra dentro de estos el proyecto Valentina, creado en Guatemala. Este forma desde edades tempranas a mujeres en el campo de la analítica y códigos de computación para crear personas competentes en el campo de la tecnología, mientras las educan para que acompañen los conocimientos obtenidos en el campo científico, con una seguridad propia e inteligencia emocional.
La estrategia de sostenibilidad juega un papel primordial en la garantización que los proyectos en los que el laboratorio se involucra puedan mantenerse en el tiempo de forma exitosa, aun después de terminada la fase de la inversión económica que el organismo brinda. Esto lo logran al proveer conexiones dentro de la red de otras empresas que iniciaron con la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que luego de su éxito se han dedicado a respaldar a empresas emergentes.
En el caso de la mujer, el medio a través del que consiguen la perdurabilidad del rol de ellas en cada proyecto, es el WeXchange, el foro más relevante en cuanto a crear enlaces empresariales entre emprendedoras de alto rendimiento con inversores y mentores en la región de América Latina y el Caribe, lo que les sirve como respaldo al momento de expandir sus marcas con una base sólida en el mercado.
Dentro de cómo empoderar a la mujer para que tome participación activa en los diferentes campos que aportan a la evolución de la sociedad, en el laboratorio creen en darle visibilidad a las historias de aquellas que han empezado de abajo y se han ganado los puestos que ocupan hoy día, por mérito propio. Así el ejemplo se convierte en una forma efectiva de educar e inspirar a la población para que entienda que la mujer es una fuerza valiosa dentro de la misma.
En el BID, basados en los reportes de diversas consultoras internacionales, entre las que destacan a Mckinsey & Company, sostienen el valor de la mujer como un punto de importancia, basado en el incremento de activos de aquellas empresas con una mayor diversidad en sus juntas directivas o en aquellas que son dirigidas por mujeres.
Ser empresas innovadoras, que causen impacto, sean escalables y mantengan una diversidad de género dentro de su equipo, son la clave para que el desarrollo de la región latinoamericana sea posible y es lo que busca el BID, por medio de su plataforma BID Lab.
Empresas innovadoras, el futuro de la región
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