Cuando Ana Lorena Donoso se estableció en México, ya casada con un mexicano, se dio cuenta de que no sería fácil ejercer su carrera de administración marítima. Probó distintos emprendimientos. Durante ocho años hubo algo que siempre hizo, pero lo consideraba un pasatiempo: pintar.
Después de ocho años de pintar y de estudiar arte y dibujo, presentó su primera exposición en 2023, a la que le siguieron dos exposiciones más. Vía Zoom, ella cuenta esta experiencia.
¿Cómo evolucionó tu arte en la Ciudad de México?
En 2015 llegó a México, a la ciudad de San Luis Potosí y empezó a estudiar arte y dibujo. Comenzó a averiguar sobre otros maestros. Siguió pintando. Entre sus conocidos empezó a hacer su red en México. Le empezaron a comprar. Pero seguía haciéndolo como pasatiempo. La idea de su exposición actual nació hace dos años con un cuadro que hizo sobre una planta muy bonita de Panamá que se llama ave del paraíso. La siguió pintando y después del tercer cuadro se dijo: se va a llamar sueño porque son los sueños que tiene en su cabeza recordando los colores de su país.
¿Sus raíces con Panamá son una fuente importante de inspiración en su arte?
Mi vínculo con Panamá es fundamental. Aunque he vivido ocho años fuera, nunca dejo de visitar mi país. Al empezar con los cuadros, decidí plasmar temas de la cultura panameña con un toque moderno. La combinación ha sido bien recibida en México, donde la gente, sobre todo los jóvenes, busca elementos culturales y modernos para sus hogares.
Incorporas elementos de la cultura guna y también de los diablicos, ¿cómo surge esa idea?
En México la gente en todos los niveles cuida mucho su cultura. En cada Estado las personas rescatan la historia de los mayas y los aztecas, por ejemplo. Nosotros en Panamá tenemos elementos culturales muy valiosos y cuando hablo de nuestra cultura la gente aquí se interesa mucho.
Tus exposiciones han tenido éxito en lugares destacados de México. ¿Cómo has logrado esa visibilidad para tu arte y cuál ha sido tu estrategia para conectar con el público mexicano?
Mi primera exposición fue en la Universidad de Comunicación, en La Roma. Luego fui a la Cámara de Diputados, un público diferente pero también con buena aceptación. Hace poco fui a Guanajuato que es una ciudad muy reconocida por su arte.
Me gusta hacer las cosas bien y me puse a pensar cómo esto que yo estaba haciendo podría ayudar a otros. Contacté con el embajador de Panamá en México, Alfredo Orange quien me abrió las puertas en la Cámara de Diputados. Y otros panameños me han ayudado a abrir puertos. Entre panameños nos ayudamos.
En un momento pensé ¿qué estoy haciendo? Pero sabía que si no te arriesgas no ganas.
¿Cómo ha sido la recepción de tu arte panameño en México? ¿Hay en México conocimiento sobre el arte que se hace en Panamá?
Hay interés en la cultura panameña y aquí hay presencia de artistas panameños, pero en diferentes Estados. Pero hay que recordar que en México abunda el arte. En el arte hay para todo el mundo y pienso, mi arte no tiene que gustarle a todo el mundo pero sí hay gente que le va a gustar. Voy a llevar mis obras a Panamá en enero.
Ana Lorena, como bien lo dices hay mucho arte en México. ¿Cómo venciste el temor de mostrar tus obras en un entorno tan exigente?
La primera exposición fue un desafío. Me uní a una curadora, aprendí sobre la importancia de trabajar con ellos. Superé cambios de fechas y ajustes de último momento. La primera exposición iba a ser en noviembre y entonces me adelantaron la fecha. En un momento pensé ¿qué estoy haciendo? Pero sabía que si no te arriesgas no ganas. El día de la inauguración al ver tanta gente reunida volví a pensar ‘en qué me metí’. La experiencia resultó exitosa, lo que me dio confianza para seguir adelante. Pasé de un pasatiempo a darle forma a mi sueño.
¿Qué sigue para 2024?
Me llaman mucho para dictar clases y hacer presentaciones. Quiero hacer una nueva exposición, pero con otro mensaje. Estoy explorando propuestas en Panamá. Quiero seguir diversificando mi enfoque en el arte y continuar contribuyendo al crecimiento de esta expresión en ambos países.
Te veo cómoda con la idea de diversificar lo que haces.
Sí. Llegué acá [a México] como me costaba entrar al mundo marítimo. Estudié maquillaje y lo ejercí profesionalmente, pero no me veía allí a largo plazo. También trabajé con una marca de ropa, pero en ese sector hay una competencia grande. Me iba por acá y por allá. Pero el arte siempre estaba allí de fondo como una constante.
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