De niña, Indhira Serrano (Barranquilla, 1976) quería ser diseñadora de modas. Por eso estudió diseño textil en la Universidad Autónoma del Caribe porque era lo que más se parecía al oficio que quería ejercer, pero la carrera le resultó ser más industrial de lo que pensaba y se fue desilusionando. Fue cuando el mundo del modelaje y de la actuación llegó a su vida.

Se definió como artista cuando participó en una audición para un papel protagónico en la película venezolana Piel (1998), drama romántico dirigido por Oscar Lucién, y lo obtuvo. Entonces decidió formarse como intérprete y fue cuando abrazó esta profesión con todo su corazón.

Desde entonces ha participado en una veintena de producciones, tanto para la pantalla chica como para la grande, procedentes de Colombia, Venezuela, España y Estados Unidos. Además, hace teatro y Rosa la Crespa es su primer libro para niños.

Su participación más reciente es en El grito de las mariposas (2023, España), una serie de televisión de 13 episodios sobre la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana y cómo este régimen fue derrotado por ciudadanas valientes como Minerva Mirabal.

Indhira Serrano participará del Hay Fórum Ciudad de Panamá. El miércoles 24 de enero de 2024, a las 10:00 a.m., estará en La Manzana (Santa Ana) en la mesa redonda “La lucha por las igualdades”, junto a la cantante Miroslava Herrera (Panamá), la investigadora Josefa Sánchez Contreras (México) y la antropóloga social Alina Torrero (Panamá). Entrada libre.

Ese mismo 24 de enero, pero a las 8:00 p.m., en el Teatro Anita Villalaz (San Felipe), Indhira Serrano estará conversando con la escritora Velia Vidal (Colombia), la artista Miroslava Herrera (Panamá) y el artista Humberto Vélez (Panamá).

El programa completo del Hay Fórum Ciudad de Panamá 2024 lo encuentran en https://www.hayfestival.com/forum/panama

Respeto hacia los otros

De no ser modelo o actriz, ¿qué te hubiera gustado ser?

Soy feliz con lo que soy y con lo que he sido, pero seguiré construyéndome de diferentes maneras hasta el día que muera. Ahora dicto conferencias y escribo y amo hacerlo, pero puedo y quiero reconstruirme cuantas veces sea necesario para mi espíritu y de la manera que pueda servirle al mundo. En este momento la palabra hubiera no está en mi vocabulario.

¿Qué ha enseñado estar sobre un escenario y frente a una cámara?

La empatía es el aprendizaje más grande, ponerme en los zapatos de otros, intentar estar en su piel, hacer el ejercicio constante de: ‘¿Qué hubiera tenido que pasar en mi vida para que yo pensara de esta manera o tomara estas decisiones?’. Me ha hecho acercarme a muchas realidades distintas a la mía y me ha vuelto más respetuosa de los otros seres humanos; estar más consciente de que lo que soy está definido por mis herencias, mis vivencias personales y mi particular atado de vulnerabilidades y privilegios, no puedo juzgar a los otros con solo esa información.

¿Ser intérprete significa lo mismo en un rodaje que sobre las tablas? Para mí la esencia es la misma: contar una historia a través de conectar al público con tus acciones y tus emociones. La forma en que se realiza esa conexión con el público cambia, en el teatro están allí, con los actores, podemos saber en tiempo real cómo les afecta lo que hacemos en el escenario, por lo tanto, mi relación con ellos define en gran medida mi actuación. En un rodaje solo sabes lo que piensa el público cuando la historia ha sido rodada, otros elementos como la luz, el sonido, la edición e incluso la promoción y distribución de la obra afectan la percepción del público sobre lo que has interpretado.

Además, el acto de contar la misma historia de principio a fin una y otra vez en el teatro versus la construcción de la historia escena por escena, de manera desordenada en la mayoría de los casos, y por una única vez, te da una aproximación muy distinta a tu creación.

Ser felices y ser amados

¿Cuáles serían los puntos en común entre todos los personajes que has encarnado?

Creo que todos los personajes que se interpretan, al igual que todos los seres humanos, quieren lo mismo: ser felices, amar y ser amados; tener paz y sentirse seguros y en control de sus propias vidas. Esos deseos son la base sobre la que construyo mis personajes, lo que cambia es cómo tratan de lograrlo, qué herramientas externas o internas tienen para lograrlo y cómo lidian con la imposibilidad de hacerlo.

¿Qué resulta imposible de aceptar en el cine o en la televisión?

La tergiversación constante de historias y personajes que deberían servir para respetar al otro, para desmontar el racismo, el clasismo, la homofobia, la xenofobia, la aporofobia y todo tipo de discriminación; las perspectivas únicas y sesgadas de la realidad en las que perpetuemos el estereotipo en el que algunos seres humanos valen más que otros.

¿Con qué directores iberoamericanos te gustaría trabajar?

Me encantaría trabajar con Juan José Campanella (Argentina) porque su forma de contar historia me conmueve profundamente, y soy admiradora del cine de Alfonso Cuarón (México), pero me emociona también la idea de trabajar con los directores más jóvenes de Latinoamérica, quienes están cambiando la forma de contar historias hacia una visión más plural, más incluyente y compasiva.

Del drama al musical

¿Qué tal la experiencia de participar en El grito de las mariposas?

Lo que muchos no saben es que gran parte de la historia se grabó en Colombia, con un equipo y un cast muy internacional, fué un honor hacer parte de esta historia y construir un personaje que aunque pequeño, honra la presencia de la mujer afro en la revoluciones latinoamericanas, una presencia que ha sido invisibilizada en nuestras historias.

¿Qué te impulsa a explorar géneros diversos? Por ejemplo, estuviste en la comedia musical Góspel (2022).

Yo amo la comedia y me seduce la idea de hacer personajes fuera del estereotipo. En Góspel, mi personaje, Rosario, es una ejecutiva exitosa con gran confianza en sí misma, lejos de los personajes llenos de dolores y sufrimientos que había interpretado con más frecuencia. Además, amo los musicales, lo había hecho en teatro antes, pero hacerlo para las pantallas es otra experiencia, y por último, me permitió trabajar con un director con el que había querido trabajar por mucho tiempo, el gran Jhonny Hendrix.

Hablando de música, ¿cuáles son tus cantantes colombianos preferidos?

Amo a Totó la Momposina, a Carlos Vives, a Goyo y escucho con frecuencia las canciones de Chocquibtown, Fonseca y Herencia de Timbiqui. Me gustan porque me conectan con mis raíces, pero me declaro una exploradora musical, especialmente de música negra alrededor del mundo: Geoffrey Oryema, Cesaria Evora, Stromae, Ayo, Concha Buika, entre muchos otros.

Indhira Serrano: Promoviendo la consciencia empática en Panamá

Indhira Serrano participará en Panamá en dos actividades el 24 de enero de 2024. A las 10:00 a.m., estará en La Manzana (Santa Ana) en la mesa redonda “La lucha por las igualdades”, y a las 8:00 p.m., en el Teatro Anita Villalaz (San Felipe), en el conversatorio “Cómo imaginarnos como sociedad”. Cortesía

Formas parte del elenco de No fue mi culpa: Colombia (2022), una serie que indaga los casos de femicidios. ¿Cuál es la situación de la violencia de género en Colombia?

Sigue siendo alarmante, la violencia contra mujeres y niñas parece no cesar, especialmente contra las más vulnerables. Aunque hay casos en todas partes esta violencia golpea con más fuerza y frecuencia a las más vulnerables, mujeres y niñas afro e indígenas, migrantes, campesinas, empobrecidas y mujeres trans. Se necesitan medidas para proteger a las mujeres y a las niñas, desde el Estado, desde la educación y desde todos los estamentos de la sociedad.

¿Puedes hablarnos de tu iniciativa Reconstruyendo Imaginarios?

Reconstruyendo Imaginarios es un espacio de conferencias, talleres y conversatorios que estoy construyendo desde hace 8 años para crear reflexiones acerca de todos esos patrones de pensamiento que tenemos desde niños, que consideramos normales, inamovibles, aceptables y correctos y que no lo son, especialmente aquellos que afectan a personas que pertenecen a grupos sociales vulnerados.

Busca por un lado ser provocador de reflexiones para inspirar a las personas a ir tras sus metas combatiendo y desterrando los imaginarios negativos que les impiden crecer. Por otro lado, crear una consciencia más empática y respetuosa en las personas, especialmente aquellas que han vivido en situaciones de privilegio. Es un espacio que motiva el crecimiento personal sin ser ajeno a las dinámicas sociales de opresión y motiva a fortalecer la cooperación entre seres humanos.

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