Desde el 4 de noviembre, cuando ocurrió el desastre, Luz Rivera, ha estado en la base de Paso Ancho como miembro de la oenegé SAR Panamá (Salvamento-Ambiente-Resiliencia). Su rol es radiocomunicación. “Somos los encargados de la comunicación en varias áreas”, explica.

Tras lo sucedido en Tierras Altas, las comunidades habían quedado sin señal. Luz se ha encargado de proporcionarle un radio a cada voluntario de SAR – como ella-, y así lograr la comunicación en diferentes puntos como Cerro Punta y Alto Pineda, también afectados por las lluvias a consecuencia del huracán Eta.

“Estamos aquí ayudando a la comunidad, una experiencia bien, algo que no se puede…”, dice Luz sin encontrar palabras. Aunque la mayor parte de su rostro está cubierto por una mascarilla, refleja aún su conmoción por lo sucedido.

Con la magnitud del desastre, reconoce que necesitan más voluntarios pero destaca que entre los voluntarios actuales de la organización han hecho un excelente trabajo, “nos hemos rotado, hemos tenido bastante ayuda”.

 

 

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