Desde este año, Panamá alberga la nueva oficina regional de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), con sede principal en Atlanta. Es la sexta de su tipo en el mundo.

Yoran Grant-Greene, experta en el ámbito de la salud global, lidera esta oficina que tiene entre sus objetivos facilitar la cooperación con alrededor de 20 países de la región en el desarrollo de estrategias y políticas para prevenir, detectar y responder a amenazas de salud.

En esta entrevista con Ellas, la dra. Grant-Greene conversó sobre las metas y expectativas de la nueva oficina, la elección de Panamá como su sede y las estrategias de salud pública que se están redefiniendo a partir de las lecciones aprendidas durante la pandemia.

Dra. Grant-Greene: Para comenzar, ¿podría contarnos más sobre los objetivos específicos de la nueva oficina de los CDC aquí en Panamá?

La CDC está muy emocionada por la apertura de esta oficina, ya que marca una nueva era en nuestra asistencia a la región. Hemos estado trabajando en Centroamérica y el Caribe por más de 66 años, y esta nueva oficina en Panamá nos permitirá fortalecer alianzas con el gobierno de Panamá y otras instituciones regionales.

Hubo muchas lecciones aprendidas por la CDC después de la pandemia. El Gobierno de Estados Unidos y otras agencias quieren fortalecer las relaciones con la región sobre todo para mejorar la detección, prevención e identificación temprana de brotes de enfermedades.

La ubicación geográfica de Panamá fue un factor clave, pero ¿podría ahondar en otras razones por las que el istmo fue elegido para la sede?

Panamá tiene una posición muy estratégica para el trabajo que queremos hacer. Es un hub [un punto de convergencia] de viajeros, transporte y mercancía. Esto facilita el acceso a los más de 20 países con los que trabajamos.

Además, Panamá tiene varias organizaciones, muy únicas de aquí, que ayudarían en el trabajo que queremos hacer, como el Instituto Gorgas, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Instituto de Investigaciones Científicas Avanzadas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT-AIP).

¿Cómo enfrentan el desafío de trabajar con los diferentes sistemas de salud que existen en la región?

La CDC considera que lo que se necesita es un sistema de salud fuerte. Eso significa que cuente con laboratorios capaces de identificar y diagnosticar las enfermedades; la capacidad de recibir y analizar la data que tienen para poder compartirla. Y además el recurso humano para poder atender a los pacientes y a la población.

Para fortalecer estos sistemas tenemos que trabajar con las organizaciones gubernamentales que ya existen; en Panamá serían el Ministerio de Salud y la Caja del Seguro Social y con Organismos como la Organización Panamericana de la Salud y el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica, COMISCA.

La forma en que trabaja la CDC es creando alianzas y cooperando, ofreciendo la experiencia que tiene ya sea con especialistas que tengamos aquí o trayendo a alguno de los más de 4000 expertos de la CDC.

Después de la pandemia, ¿cuáles considera que son las principales preocupaciones en salud pública a las que debemos estar atentos?

Para eso tengo dos respuestas. La primera es las enfermedades crónicas. La pandemia por coronavirus, si bien era un agente contagioso, mostró que las personas con enfermedades crónicas estaban en mayor riesgo. Debemos enfocarnos en mejorar la calidad de vida de las personas con diabetes, presión alta y otras afecciones cardíacas para que tengan mejor salud y puedan responder mejor en caso de adquirir otra enfermedad.

Por otro lado, además de fortalecer el sistema de salud, hay que controlar las enfermedades conocidas. En el caso de Panamá una es el dengue. Eso significa evitar la reproducción del mosquito. Para que el sistema de salud sea eficiente debe mantener bajo control las enfermedades existentes y así manejar mejor las emergencias de salud que llegan de sorpresa.

También es importante que cada lugar que ofrezca una atención de salud, por muy pequeño que sea, tenga la capacidad de recoger y reportar la data de cualquier enfermedad o diagnóstico nuevo. Para ello deberían tener todo el mismo sistema tanto en provincias como en la ciudad.

Habiendo observado nuestro sistema de salud, ¿qué fortalezas ha encontrado en Panamá que sean únicas en comparación con otros países?

Panamá tiene un sistema de salud relativamente fuerte, con personal sanitario bien entrenado: doctores, enfermeras y otros profesionales de la salud. Dentro del Ministerio de Salud hay un notable enfoque en la atención a grupos indígenas y dentro de las instituciones de salud hay activistas para la salud de los afrodescendientes. Estas son fortalezas significativas en su sistema.

Su pasión por la equidad en la salud es evidente. ¿Podría compartir un poco sobre su trayectoria y cómo llegó a involucrarse en la salud pública?

Como caribeña y alguien que nació en Jamaica, tengo una conexión personal con la región. Mi primer puesto en salud pública fue en Guyana, Sudamérica. Me apasiona el tema de la equidad en salud, asegurando que todos, especialmente los grupos vulnerables, mujeres, niños, indígenas y personas afrodescendientes también tengan acceso a salud. No tendremos una salud global completa hasta que todos estos grupos reciban la misma calidad de atención.

Me apasiona mucho que volvamos a movernos. Debemos, tenemos que movernos más. No solo los niños. Los adultos también necesitamos caminar y salir más para disfrutar del aire libre y experiencias allá afuera. Pasamos de ocho a diez horas sentados en un mismo lugar sin acceso a la luz solar. En lo particular me gusta bailar y la música.

Por último, ¿nos puede hablar de sus abuelos y su relación con Panamá?

La familia de mi abuelo materno vino a Panamá para la construcción del Canal. Así que estar aquí es como cerrar el círculo de las conexiones que tengo con mi familia en el Caribe y ver el lugar donde trabajaron. Incluso muchos se establecieron en Colón.

El trabajo de la doctora Grant-Greene implica viajar constantemente por lo que al momento de esta entrevista todavía no había visitado esa provincia caribeña donde se ubicaron sus familiares.

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