Ir a ver cómo los aviones despegaban y aterrizaban en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, era el paseo familiar del fin de semana para Paola Muñoz, quien este año se convirtió en la primera capitán mujer graduada de la Academia Latinoamericana de Aviación Superior (Alas), de Copa Airlines, que este mes de agosto cumple su décimo aniversario formando pilotos en Panamá.
Su padre, como ella misma cuenta, tenía gran afición por la aeronáutica sin ser piloto y eso fue sembrando en Paola su atracción por los aviones. “Con el tiempo fui madurando la idea de que cosa, tan maravillosa como un avión despega, me parecía impresionante como sonaban esas turbinas”, cuenta como reviviendo el momento. Paola es la hija del medio entre dos hermanos.
A la edad de 15 años les dijo a sus padres que quería ser piloto y ellos la miraron extrañados, pues en ese entonces no muchas mujeres estaban en el ámbito de la aviación, era el año 2006. Sin embargo, su papá, quien no se imaginó que los paseos de fin de semana se convertirían en la pasión de su hija, le contestó: “si quieres ser piloto, pues sea piloto”.
La capitán Paola Muñoz estudió Administración de Aviación con opción a vuelo en la Universidad Tecnológica. En 2013 ingresó a ALAS - Academia Latinoamericana de Aviación Superior- de Copa Airlines.
Hoy, con 31 años, Paola logró la meta que se trazó en su adolescencia apunta de perseverancia, paciencia, disciplina y por supuesto, el respaldo de sus padres en todo momento. El pasado mes de abril fue bautizada oficialmente en la rampa como capitán, por su ahora homóloga Diana Roca, una de las mujeres capitán que Paola admiraba desde sus 17 años, cuando su padre le trajo un recorte de una revista en donde entrevistaban a cinco mujeres pilotos de Copa, entre ellas la capitán Roca.
Ese recorte Paola lo pegó en su puerta y permaneció en su habitación por años hasta que las páginas perdieron su color y ella alcanzó su sueño. “Cada vez que llegaba de un vuelo veía la foto y decía: algún día yo estaré vestida de capitán”.
¿Cuándo decidiste que deseabas estudiar aviación?
A los 17 años me fui a un viaje -en un avión de Copa- a la Habana sin mis papás, iba para un congreso de danza y recuerdo que el vuelo tuvo mucha turbulencia, pero yo estaba muy tranquila y miraba por la ventana la superficie del avión como se movía, pero mantenía mucha tranquilidad, recuerdo que regresé a Panamá y reafirmé la idea.
¿Enfrentaste prejuicios por incursionar en una carrera inusual para mujeres?
En la academia no se sentía diferente. Los prejuicios vienen de las personas que no están en el ámbito de la aviación, pues no tienen la menor idea de cómo se vuela un avión, pero cuando uno les explica se van rompiendo los estereotipos y las personas quedan fascinadas al ver cómo una mujer puede convertirse en piloto.
Dentro de ALAS a todos nos trataban por igual, siempre había mucho respeto en todos los aspectos, no había prejuicios, eso es algo que rescato mucho de la academia, al igual en la Universidad Tecnológica, el trato era a todos por igual, no porque uno fuera mujer y el otro hombre.
¿Cómo reacciona la gente cuándo dices que eres piloto?
Cuando me preguntaban qué estaba estudiando, yo decía que aviación y pensaban que era tripulante de cabina, y si lo soy, pero soy piloto. Entonces se quedan mirándome cómo diciendo “no te creo” y me tocaba hasta enseñarles fotos para que me creyeran.
¿Cuáles fueron los principales retos que enfrentaste en la carrera?
La carrera de aviación de por sí es un reto, porque para ser piloto tienes que pasar por muchas cosas. Primero, debes tener un certificado médico que te valide que estás en condiciones adecuadas para poder volar, te hacen exámenes médicos todos los años, es algo que se renueva anualmente, ese es el primer reto porque sin eso no puedes ingresar a la carrera.
Posterior a ello la prueba de admisión, son pruebas de habilidades y destrezas. Debemos tener capacidad de coordinación motriz, buena memoria, habilidad espacial (saber dónde estás, para dónde vas, cómo está ese objeto, tener una visión en tres dimensiones), todo eso son retos, no somos perfectos y esto se pueden desarrollar.
También debemos tener habilidades matemáticas, sin embargo, creo que una de las más importantes y que siento que es el pilar, es ser disciplinado. Es algo que realmente se debe tener porque de allí parte lo demás.
Puede que no seas muy bueno en matemáticas, pero si te concentras y te disciplinas en que tienes que ser mejor en esa parte lo vas a lograr. Es como una persona que hoy quiera hacer ejercicio, pero está desanimada, la disciplina te va a llevar a que, aunque estés desanimado, tienes que lograrlo.
Estos son parte de los desafíos que se tienen como piloto y que te lleva a madurar muy pronto. Por eso me dicen que tengo 31 años, pero parezco que tuviera más, quizás en la mentalidad. Se requiere madurez y disciplina para llevar el vuelo al éxito.
El pasado mes de abril Paola Muñoz fue bautizada oficialmente en la rampa como capitán, por su ahora homóloga Diana Roca. Diana es una de las mujeres capitán que Paola admiraba desde sus 17 años, cuando su padre le trajo un recorte de una revista en donde entrevistaban a cinco mujeres pilotos de Copa, entre ellas la capitán Roca.
¿Qué sentiste la primera vez que piloteaste un avión? ¿En qué pensabas en ese momento?
Tenía una mezcla de emociones, pues no es lo mismo ser pasajero que estar piloteando. Estaba muy emocionada, tenía un poco de adrenalina, pero estaba muy feliz porque era el primer paso para lograr mi sueño. Tuve la fortuna de que mi instructor era una mujer y ella sin saberlo me enseñó muchas cosas, por ejemplo: cómo comportarme, cómo dirigir el avión, tantas cosas, que, hasta el sol de hoy, la veo como un modelo a seguir.
Me acuerdo de que ya cuando estábamos en el aire, estaba obviamente pendiente de la lección, pero también miraba hacia afuera y pensaba en muchas cosas también, en cuán afortunada era y que esto era lo que quería hacer el resto de mi vida. Me repetía: “esto es lo que quiero hacer por el resto de mi vida si Dios me lo permite”.
Ese es el día más importante en la vida de un piloto, poque allí te das cuenta si realmente quieres y si estás dispuesto a trabajar en ello.
¿Cuál fue el principal consejo de tus padres ante tu meta profesional?
Gracias a ellos estoy aquí, siempre he dicho que he tenido la bendición de tener unos papás que me han apoyado durante toda mi vida, no solo cuando comencé a estudiar aviación. Ellos siempre me inculcaron el hecho de ser perseverante y no darme por vencida. “Sigue adelante hija”, esa son las palabras de mi papá.
Me inculcaron también el don de la paciencia, porque esta carrera amerita paciencia por muchas cosas. Hay veces que no puedes volar porque hay mal tiempo, pero ese día querías ir a volar y regresas a casa triste porque deseabas hacer una hora más de vuelo para llegar a las 250 horas requeridas y no pudiste, necesitas paciencia.
El consejo de ellos era siempre: tranquila, paciencia, persiste. Recuerdo que una vez mi mamá me dijo: “a veces hija tienes que disfrutar también del trayecto, no solamente de la meta”.
¿Qué consejo le das a los jóvenes que tienen sueños y que pueden parecer complejos ante los ojos del mundo?
A mí una vez me dijeron “ella nunca va a ser piloto”, en una institución a donde fuimos a pedir apoyo económico. Me lo dijeron literal.
Tengo una frase muy linda que siempre me la digo: “el mundo pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños”.
Yo creía mucho en mis sueños y mis papás creían mucho en mí. A esas personas que creen que su sueño es demasiado grande o que los otros le dicen: “eso no va a funcionar”, les digo que los ignoren, que sigan luchando, que resistan, que puede que parezca lejana esa meta, pero si luchas y te preparas, porque no basta con soñar, también hay que prepararse, tienes que ayudarte, todo esto es la fórmula perfecta para que consigas el éxito. Que no se dejen llevar por lo que dicen los demás, que sigan luchando.
¿Qué le dirías a las chicas que desean ser pilotos?
Primero, siéntate e internaliza el hecho de si quieres ser piloto. Una vez ya tengas la idea de que realmente quieres serlo, entonces ve a ALAS. ¿Por qué ALAS? Porque ellos te dan la formación que requieres, de esa disciplina que yo hablo y que va encaminado mucho a lo que Copa quiere.
Hoy el porcentaje de mujeres es mucho más alto y eso me llena de alegría, y creo que es gracias a esto de compartir historias, de que “si yo pude, tú también puedes”.
El hecho de que seas mujer no significa nada, creo mucho en las mujeres y sé las capacidades que tenemos y cuán fuerte podemos ser. Somos muy resilientes y todo lo que nos proponemos lo logramos, así que este es mi consejo: “ve por tu sueño, puedes lograrlo, si yo pude, tú también puedes”.
¿Qué es lo que más te da satisfacción en tu profesión?
Haber logrado mi sueño. A veces me pongo en retrospectiva y veo a una joven Paola llena de olor a combustible, a avión, a veces con las manos quemadas por estar verificando el aceite caliente, que el avión esté en condiciones adecuadas para volar. La veo a ella y me digo: cuán lejos has llegado y este es apenas el principio porque todavía tengo otros sueños.
Siempre me ha gustado mucha la rama de la instrucción. Esto va muy ligado a que me gusta cuando la gente cumple sus sueños, entonces yo siento que al convertirme en instructora ayudo a cumplir sueños.
¿A dónde fue tu primer vuelo como Capitán el pasado mes de abril?
A Santiago de Chile, iba con un compañero de ALAS, fue un vuelo emotivo. Diría que en la vida de un piloto hay vuelos que marcan:
El primer vuelo, el mío fue a Caracas, Venezuela.
El primer vuelo solo, el mío fue en Calzada Larga.
El primer vuelo como capitán.
En ese vuelo a Santiago me decía: “bueno, ahora yo soy la capitán, tienes que resolver sea lo que sea que se presente” y lo más importante es que nunca pensé que estaba sola, siempre pensaba: “aquí tengo un excelente Primer Oficial graduado de la misma escuela donde yo me gradué y una tripulación excelente, o sea que tengo un equipo y una empresa que me respalda.
¿Piensas tener familia en el futuro?
Tengo seis años de casada y mi esposo es también capitán. Es una bendición llegar de un vuelo y decirle “oye, tuve esta experiencia”, “me paso esto” y que él me diga que le pasó algo similar. Podemos compartir pensamientos y si tenemos alguna duda sobre algún procedimiento, lo hablamos.
Él está muy contento, es una de las personas que está más feliz. Siempre me empodera y empuja para que siga creciendo.
Planeo en un futuro ser madre, puedo equilibrar muy bien el ser piloto con ser mamá. Hay muchas pilotos capitanas en Copa que son madres y lo hacen muy bien, son maravillosas.
Recuadro
La ruta de la capitán
Ella pertenece a la primera generación de ALAS. Cuando inició eran tan solo diez estudiantes, ocho hombres y dos mujeres. Hoy su alma máter cuenta con 85 estudiantes de los cuales el 29% son mujeres.
En diciembre de 2015 ingresó a Copa y en marzo del 2016 se hizo primer oficial
En noviembre 2022 fue admitida en el curso para ser capitán y en el pasado mes de abril alcanzó su sueño.