20 minutos antes del primer derrumbe, Maru Galvez y sus dos niños habían salido del área. Estaban en el hotel Casa Grande Bambito, propiedad de su familia. “Decidí salir de pura intuición porque hasta ese momento no había amenazas. Y cuando llegamos a Concepción mi papá nos avisó que había ocurrido el primer derrumbe y estaban incomunicados”.
Maru cuenta que la mayoría de las casas quedaron destrozadas por el deslave. “Fue un milagro que el hotel quedara intacto con todos los derrumbes a su alrededor“. En el hotel, donde habían 60 huéspedes, se le dio refugio a las personas que habían quedado sin casa. Había en total 105 personas, incluyendo parte de la familia de Maru. Era miércoles 4 de noviembre y las entradas de acceso estaban destruidas. No podían salir.
El jueves 5 de noviembre personal del hotel y lugareños, que conocen bien el área, organizaron un “plan de rescate” junto al personal de Sinaproc. “Todos los huéspedes y los que estaban refugiándose en el hotel lograron salir a salvo el jueves en la tarde. Tuvieron que cruzar por un paso por dentro de la montaña, atravesando puentes de madera que se improvisaron. Gracias a eso pudieron ser rescatados, todos a salvos”, relata Maru.
Para el martes 10 de noviembre, todavía se estaba trabajando para arreglar el acceso al hotel para que así los huéspedes pudieran sacar sus pertenencias y sus carros.
En las redes sociales del hotel también se difundió información para apoyar a las diferentes organizaciones que están recaudando fondos y donaciones para los afectados.