[vc_row][vc_column][vc_single_image image=”49728″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Rufina Alfaro es un personaje de desencuentro. ¿Existió o no existió? La pregunta puede conducir por senderos múltiples, con voces disidentes y otras muy entregadas a su defensa.
A cuatro años para la celebración del bicentenario del grito de La Villa de Los Santos, en donde surgió su leyenda, la periodista Luz Boyd se propuso una búsqueda de pruebas y testimoniales que al fin pudieran dar un rostro más claro y real de la que fuera la única mujer participante del movimiento separatista de la Corona española en Los Santos, en 1821.[/vc_column_text][vc_single_image image=”49724″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Luz Boyd en el salón donde se firmó el acta de independencia, el 10 de noviembre de 1821, dentro del Museo de la Nacionalidad de La Villa de Los Santos.[/vc_column_text][vc_column_text]La idea de Boyd encontró tierra fértil en el Campamento y Festival Internacional de Cine Documental– Acampadoc, en septiembre pasado en La Villa de Los Santos, que justo tenía como propósito explorar temáticas relacionadas con la mujer en la región, y fue el único proyecto panameño que clasificó en esa categoría por su marcado componente de identidad nacional. La propuesta, que en principio tuvo el modesto título de La búsqueda de Rufina Alfaro, se convirtió en el cortometraje Rufina Vive, luego de una residencia con expertos en cinematografía a la que asistió Boyd, quien fue reportera y presentadora de telenoticieros.[/vc_column_text][vc_single_image image=”49729″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Monumento a Rufina Alfaro que representa a la libertad según el artista Mora Noli.[/vc_column_text][vc_column_text]El cortometraje de cinco minutos presenta el testimonio de Elvia María Alfaro De León, quien aduce ser una de las últimas descendientes de la heroína. “Elvia María cree en Rufina y piensa que fue negada, simplemente, por el hecho de ser mujer”, relata Boyd, a quien le impresiona el furor con que la familia defiende al personaje.
En la familia de la mujer de entrada edad, residente de Las Peñas de Los Santos, lugar con el que se relaciona igualmente a Rufina, se mantiene vivo el orgullo por la dama que colaboró en el alzamiento de 1821.
La periodista presiente que la negación o afirmación de Rufina se reduce a un asunto político. “En 1821, época en que las mujeres solo tenían derecho a hacer labores domésticas o ir a misa, era poco creíble, incluso prohibido, pensar en la participación pública de una mujer”.[/vc_column_text][vc_single_image image=”49727″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Entrevistando a la descendiente, Elvia María Alfaro de León.[/vc_column_text][vc_column_text]Boyd, exdirectora de la desaparecida revista de periodismo y arte El Guayacán, entre sus investigaciones consiguió documentación, construyó el árbol genealógico de los Alfaro, así como versiones opuestas -como la de María Isabel de Villalaz- que pudieran suplantar el papel que hasta ahora había recibido Rufina, el personaje más enaltecido de La Villa de Los Santos. Con todos esos elementos, la cineasta logró profundizar y llevar su proyecto a documental.
Al ser cuestionada sobre sus conclusiones sobre Rufina, la comunicadora de 34 años y madre de gemelas responde estar “todavía inmersa en el período de investigación”. Después de Acampadoc, el cortometraje Rufina Vive irá en julio de 2018 a Bolivia Lab, un festival y programa formativo para pulir el cine experimental.[/vc_column_text][vc_single_image image=”49725″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Monumento en honor a Rufina Alfaro en su comunidad Las Peñas de Los Santos.[/vc_column_text][vc_column_text]La artífice del documental, sin embargo, reconoce que hay mucho por aclarar, y que más que definir la veracidad del personaje en el documental, tratará de hilvanar la transformación del personaje y lo que ha surgido en torno a ella, quien aparece por primera vez en un escrito de 1948 hecho por el historiador ocueño Ernesto de Jesús Castillero Reyes, cuyo nombre fue designado por ley desde 1982 a la Biblioteca Nacional de Panamá, cimentada en los predios del Parque Recreativo Omar. El resto de lo que se sabe de ella proviene de la narración oral.
Una de las polémicas más resonantes alrededor de Rufina se dio en 2015, cuando el docente universitario José Aparicio Bernal, en plena conmemoración histórica, negó abiertamente su existencia calificándola de “invento” atribuido a Castillero Reyes.[/vc_column_text][vc_single_image image=”49730″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Pero agrega Boyd: “Rufina Alfaro es fantástica, porque aún sin existir- en caso de ser así- va más allá”. Algunas de sus conclusiones son que “Rufina pudo llamarse de otra manera, María Rudecinda, como aparece en los registros oficiales, y pudieran haber muchas Rufinas”, refiriéndose al trabajo anónimo y no reconocido de las mujeres en la historia. Admira su naturaleza imperecedera. “Aún tras casi 200 años del suceso histórico, Rufina tiene una imagen sólida, con su nombre en parques, calles, bandas de música, monumentos, menciones en libros de historia, y hay un corregimiento con más de 40 mil habitantes que se llaman como ella”, prosigue la periodista, que actualmente vive en La Villa de Los Santos, sitio clave para su investigación. “Siendo real o no, es arriesgado y hasta osado decirlo, pero Rufina es casi un símbolo patrio”, arguye. Boyd, intenta darse la oportunidad como mujer de creer en Rufina. “No quiero seguir negándola, quiero contar una historia diferente a la conocida”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]