Doctora, diputada y abogada. Yarelis Rodríguez es una de las 15 mujeres que ocupan un curul en la Asamblea Nacional (AN). Es diputada por el circuito 8-2 (San Miguelito). En entrevista con ELLAS, en el marco del mes de la mujer, habló sobre liderazgo femenino y sus recuerdo de infancia al haber crecido en un pueblo del interior, en la provincia de Herrera.
Cinco consejos para una mujer líder
Una mujer líder debe mantenerse informada, que le apasione leer y, sobre todo, construir buenas relaciones. La actitud positiva es fundamental, así como generar confianza con las personas a su alrededor.
¿Cómo perder el miedo a postularse a un cargo importante?
Tienes que tener determinación. Identifica tu misión en la vida y lucha por ella. Si crees que puedes generar un cambio, ya sea en tu comunidad o en el país, no dudes en intentarlo. El universo se encargará de ponerte en el camino las personas y oportunidades necesarias para lograrlo.
¿Quién ha sido su mentora?
Mi mamá. Es la que me da buenos consejos y ha estado conmigo toda la distancia hasta este momento. Así que, ¡muchas gracias mami!
Doctora, diputada y abogada, ¿Cómo maneja usted estas tres profesiones?
En este momento dedicada al tema legal, obviamente por estar en la AN haciendo estas modificaciones legislativas, y participando en la comunidad. Soy odontopediatra. pero el tema de doctora lo dejé a un lado para prepararme mucho más con el tema de derecho, que es realmente lo que estoy ejerciendo en este momento.
Foto tomada de Instagram @doctorayarelisrodriguez
San Miguelito: lugares que todos deberían conocer
El Templo Bahai, así como la zona de Rufina Alfaro, que alberga varios centros comerciales. También hay una fonda llamada Tiki que cocina delicioso.
Además, estamos trabajando en un anteproyecto de ley para impulsar el turismo en San Miguelito para que muchas personas lo visiten.
Nació y creció en un pueblo del interior, en la provincia de Herrera, ¿qué recuerdos mantiene de su niñez?
Recuerdo un reinado infantil en el que la competencia era recolectar más centavos, y aunque mi madre inicialmente se opuso, decidí participar por mi amiga, quien había sido la reina del año anterior.
Pero resulta que había una niña que tenía un familiar con mucho dinero y le donaría cierta cantidad, y mi mamá al ver esto cedió y me dejó participar para que quedara de princesa o dama. Comenzamos a hacer actividades para recolectar los centavos, el día del conteo y resultó que la otra niña nunca le dieron el dinero, y adivinen quién quedó de reina.
Por eso es que siempre digo que cuando uno tiene una misión, cuando tú tienes ese deseo en tu corazón de lograr algo, la vida te va poniendo a las personas y a los recursos y esas oportunidades.
Este recuerdo de mi infancia ha quedado grabado en mi memoria como un recordatorio de que con esfuerzo, determinación y el apoyo de quienes me rodean, todo es posible.