“Crecí en Las Tablas. Quienes crecemos ahí siempre estamos envueltos en el Carnaval”. Así, de manera obvia y natural, responde el diseñador de carrozas y vestuarios Horacio Prado al preguntarle qué le motivó a involucrarse como artista de carnaval.
Estaba en el colegio cuando empezó a realizar diseño de vestuario para los reinados de su escuela. A finales de los años 80, Isabel Loaiza Corro fue la primera reina de carnaval para la que trabajó; no como diseñador principal, pero para asistir en el proceso.
“Solía pensar que todas las estructuras y materiales utilizados para las carrozas eran traídos de afuera”, cuenta a Ellas. Pero su interés por las artes plásticas y lo escénico le inspiró a seguir aprendiendo. Relacionarse con las personas encargadas de esos trabajos en esas épocas le hizo aprender
Horacio es diseñador, creativo y asesor de las alegorías de Carnaval. Trabaja para la Calle Arriba de Las Tablas. Su familia materna pertenece tradicionalmente a esa tuna; la de su padre, forma parte de la Calle Abajo “pero la tradición suele indicar que la familia materna es la que pauta a qué tuna uno va a pertenecer”.
Un carro alegórico se puede crear en un mes. Todo depende de la organización y el presupuesto. Él se encarga de buscar temas para tomar como inspiración, investigarlos y trabajar una propuesta nueva entorno a ellos. Luego de tener el bosquejo final, empieza el proceso de construcción al reunirse con los otros artistas plásticos, ebanistas, herreros, electricistas y decoradores que van a tallar y decorar el carro de la reina. El foam, estructuras de hierro, telas, escarchas, pintura artística, pedrerías y plumas son materiales que no pueden faltar.
Relata que todos los años hay anécdotas inesperadas: “Una vez íbamos a sacar la carroza por la mañana y encontramos a cuatro o cinco personas durmiendo arriba de ella”.
Para él, después de estos años de pausa, el Carnaval se trata de recuperar la magia y la fantasía. “El carnaval es una de las cosas más importantes para el pueblo en cuanto a inyección inyección económica, pero sobre todo, en cuanto a nuestra cultura. Mucha gente nos mira con otros ojos, pero que no es de Las Tablas nunca lo va entender; el carnaval es parte de la esencia del tableño, nacemos con esto, es tradición familiar, es herencia cultural, es patrimonio del pueblo y debe ser respetado y admirado. Para nosotros es más que una fiesta”