La reestructuración de CNN en Español propició tu salida del canal. ¿Cómo te adaptaste al cambio?
1,400 personas salimos. Yo tenía 18 años de estar en CNN y me tocó ser parte del grupo. Fue más sencillo de lo que pensé. Tú tienes que cultivar las relaciones con tu familia, amigos, Dios, porque un día estás [en una empresa] y al siguiente ya no. Para mi familia y amigos yo era la misma Glenda. No fue que sentí una diferencia enorme. Claro, es otra vida, otra función. Tal vez ahora no tengo la misma vitrina de 40 millones de personas, pero poder compartir cara a cara es maravilloso.
La conferencia que dictarás trata de cómo aprovechar los cambios, superar adversidades y mantenerse relevante. ¿Cuáles herramientas nos puedes adelantar?
Hay todo un prejuicio en torno a la aceptación de un despido. Lo primero es tener la paz de que hiciste un buen trabajo. Si Dios cambió tu rumbo, es por algo. No digas por qué, sino para qué. Es una pérdida, y no se trata de evadir el duelo, pero sí de buscar asesoría y pedir consejos. También es una prueba de humildad. Dejar una empresa como CNN es duro. Fuiste parte de eso. Míralo con cariño, como algo que te hizo sentir orgullosa. Mucha gente me decía “tienes que reinventarte” y yo no sabía qué era eso ni cómo hacerlo. En la vida la incertidumbre no se acaba. Hay que superarla con ilusión e ir tomando camino. Aceptar muchas cosas, aunque eso no signifique un ingreso económico, pero sí un crecimiento en otros sentidos.
¿Cómo migraste del periodismo televisivo a lo que haces ahora?
Cuando salí de CNN empezaron a llegarme oportunidades, producto de las relaciones que tejí durante esos años. Por eso es súper importante, sea la posición que tengamos en cualquier trabajo, que tratemos muy bien a todos nuestros compañeros, a las personas con quienes nos relacionamos, pero no por un interés.
Cubriste sucesos de gran impacto alrededor de todo el mundo. ¿Cuáles sobresalen?
En los años de CNN lo más impactante fue la catástrofe de Haití. Llegar allá tras el terremoto fue traumático. También la muerte de Juan Pablo II. Y, por supuesto, los ataques terroristas son algo que te marcan para siempre. Estar reportando y haciéndote el valiente es muy duro. Algo muy importante que me tocó vivir fue la revolución de las redes sociales. Cuando recién empezó CNN en Español, en 1997, recuerdo que pregunté qué significaba internet y qué era la web. Cuando tuvimos la capacidad de interactuar con la audiencia fue maravilloso. Recuerdo en particular el rescate de los mineros en Chile, los mensajes que recibíamos.
Glenda Umaña se reinventa
Tú has visto lo mejor y lo peor de los seres humanos. ¿Qué has aprendido y cómo lo aplicas a tu ocupación actual?
He aprendido que el ser humano puede llegar a extremos diabólicos. Planificar acciones para coartar la libertad de una persona o asesinarla. Uno se pregunta cómo puede ser que una persona esté secuestrada años en las montañas en Colombia y que luego la maten, cuando toda su familia está esperando. Pero rescato el poder de la gente buena y de las cosas que vienen de Dios. A pesar de que a veces estamos en ambientes de negatividad, de acciones deshonestas, con grandes decepciones, creo que siempre habrá más gente buena, más gente solidaria, honesta, que quiere hacer las cosas bien e impregnar a sus hijos y nietos con buenos valores. Eso es lo que tenemos que rescatar como comunicadores.
¿Hay que temerle al cambio?
Todos sabían que venían despidos en CNN. Mucha gente me decía, ¿no estás nerviosa? Y yo decía no, ¿por qué voy a estarlo? ¿Por qué cruzar el puente antes de llegar a él? ¿Qué ganaba yo temiendo que me fueran a despedir? Nada. Muchas veces no tomamos decisiones que están pidiéndose a gritos. Nos cuesta, tal vez porque estamos en una situación muy cómoda, pero tenemos que analizar bien. Hay que poner en una balanza, buscar consejo y, sobre todo, escuchar la voz de Dios. A veces nos ahogamos y no tenemos momentos de silencio que nos pueden favorecer para decidir qué camino debemos tomar.
En tu trabajo como periodista entrevistabas y buscabas la opinión de otros. Ahora hablas de tu propia experiencia. ¿Cómo encontraste tu voz?
Yo estaba acostumbrada a hablar con la gente a través de la pantalla y lo amaba. Sí fue un cambio grande, y al principio estaba nerviosa. Pero ahora, cuando me están presentando y yo estoy detrás del escenario, estoy deseando el momento para brincar. Siento que estoy abrazando a toda la gente que está ahí. Me siento agradecida y me gusta. Esa faceta no me la conocía. ¿Qué hubiera pasado si yo seguía en lo mismo? A veces Dios nos da empujoncitos para hacer cosas diferentes.
¿Cómo desarrollas el temario de tus conferencias?
A veces uno no quiere hablar de sí mismo porque no quiere caer mal, pero en eso descubres que entre más te destapes, entre más genuino y auténtico seas, a la gente más le gusta. ¿Por qué no compartir y ser sincero? La gente lo nota, lo descubre, lo asimila, acepta y agradece. También, dependiendo de la audiencia, así es el mensaje.
¿Qué rasgos se necesitan y cuáles se pueden desarrollar para tener éxito profesional?
El éxito es descubrir quién eres, qué tienes que dar, cuál es tu misión. Para mí, lo más importante es ser exitoso ante Dios. A veces no queremos hacer caso o no sabemos cómo actuar, qué seguir, y por eso es tan importante tener una parte espiritual. Para tener éxito obviamente tienes que prepararte, estudiar, crecer. Las cosas no llegan solas. Debes tener metas. Nos vamos a sorprender de las veces que podemos aprender de alguien y cómo los demás están dispuestos a compartir sus conocimientos. He aprendido que uno tiene que ser asertivo y hablar, pero con educación y claridad. Muchas veces me quedé callada y hay cosas que tal vez debí haber dicho. No es pelear, pero sí saber que tú vales mucho, puedes crecer y hacer más cosas.
Glenda Umaña se reinventa
Perfil:
Glenda Umaña se graduó de periodismo de la Universidad de Costa Rica y obtuvo una maestría en Comunicación en Florida International University. Trabajó 26 años en la pantalla, 18 de ellos en CNN en Español, donde fue presentadora de programas como Panorama Mundial, Nuestro Mundo y Café CNN, y participó en coberturas de relevancia mundial.
Es presidenta de Glenda Umaña Communications, empresa que ofrece conferencias, talleres y media coaching, entre otras cosas. Vive en Atlanta, Estados Unidos, y el 30 de octubre dictará una conferencia en Panamá.