Conocí a la profesora Rosamérica Morales de Vásquez hace casi 30 años, cuando llegué al Club Soroptimista Internacional de Panamá como miembro. Y desde entonces hicimos una linda y genuina amistad.
Fue como mi otra mamá, de la ciudad, ya que la mía ha vivido siempre en el interior del país. En todas las reuniones y eventos del club vi su proyección de mujer empoderada, su liderazgo, su carácter y determinación.
En el club siempre actuaba de maestra de ceremonia. Tenía muy buena redacción, manejo del público y de la palabra (como periodista que también era). Su elegancia iba a la par de su interés para ayudar a personas vulnerables y a organizaciones sociales y educativas.
Con Rosamérica fui a un concierto de música clásica. La acompañé a presentaciones de libros de sus amigos escritores, a las cenas de pan y vino y eventos académicos de la Usma, donde fue miembro de la junta de directores. Con ella puse por primera vez el pie en una comisión de la Asamblea Legislativa, cuando fue candidata nominada a la Defensoría del Pueblo.
Tenía una gran memoria política y social de Panamá. Fue diputada, directora general de Ifarhu, y una gran creyente y defensora de lo que debe ser la educación para el individuo, como herramienta para surgir y progresar en la vida.
Hasta luego, profesora Rosamérica
Hablaba con orgullo de sus hijos Catin, Romy y Rica. En su casa había muchos libros, arte, y un piano que decían de ella, y de su familia, la pasión por la cultura.
Fue una mujer que sin ser mi pariente, representó para mí una gran referencia. Fue una especie de influencer sin redes.
Hoy, después de varios días de su partida, escribo estas palabras en el encierro de una cuarentena por una pandemia. Recuerdo sus cosas lindas y buenas, todas sus enseñanzas.
Me dolió su partida. Ella ahora descansa en paz, después de una larga enfermedad. Goza de la compañía de su amado esposo Catin, de Jesús, María Santísima y los Ángeles; para seguir cuidando desde el cielo a su familia, especialmente a sus queridísimos hijos, nietos, bisnietos, amigos y a aquellos que por alguna razón llegamos de forma casual a su vida.
Descansa en paz, Rosamérica Morales de Vásquez.
Nota: La profesora falleció el 21 de abril de 2020.