Un balón de fútbol danza en el aire. 10, 20, 30 segundos sin tocar el piso. Solo flota en medio de un desafío constante entre la gravedad y las piernas ágiles de una panameña, que con su cuerpo domina esta batalla por el balón.
A sus 20 años, la deportista Diana Carolina Rojer, conocida como Karol Freestyle, logró convertirse en una de las 10 mejores atletas de fútbol freestyle del mundo al representar a Panamá en el campeonato mundial de esta disciplina el pasado noviembre, en Kenia. A este mundial llegó luego de convertirse en Campeona Latinoamericana de Freestyle 2023, en Argentina.
El fútbol freestyle es la manera de expresarse a través de un balón de fútbol. En esta disciplina se hacen malabarismos con un balón utilizando partes del cuerpo. Se combinan técnicas de fútbol, baile o acrobacias. Algunos lo consideran un deporte, mientras que otros, como la panameña que ocupa el octavo puesto en el ranking mundial, lo perciben como un arte.
La niña modelo que daba volteretas
Karol creció en una barriada en el corregimiento de Río Abajo. El modelaje era su pasión de niña. Le interesó luego de ver a Stephanie, su hermana mayor, modelar. Ella quería imitarla.
Cuando estaba en tercer grado de primaria empezó a jugar fútbol. “Siempre tuve la curiosidad de aprender trucos, pero no sabía que el freestyle era un deporte”, cuenta en entrevista a revista Ellas.
A los 13 años descubrió en internet que dominar el balón era, de hecho, una disciplina deportiva competitiva. Eso despertó su curiosidad. También porque era una niña a la que siempre le gustó hacer acrobacias y volteretas, habilidades que desarrolló y le ayudaron a aprender.
Practicaba con sus amigos de la infancia en la barriada. Competían para ver quién dominaba mejor el balón “De hecho, yo tenía una manera muy diferente; para no decir rara. Se reían de mi forma extraña de dominar el balón”.
En redes sociales empezó a seguir cuentas de personas que practicaban lo mismo. Entre ellas encontró a Susan Santamaría, una panameña que en ese momento era la campeona latinoamericana de freestyle “Me dijo que a ella le interesaba crear en Panamá un grupo (para practicar) y que quería que yo fuera parte. De inmediato fui a pedirle permiso a mis papás. Mi papá me llevó a mi primera práctica en el parque Urracá. Estaba muy chiquita y no acostumbraba salir sola”, recuerda.
Actualmente sólo dos chicas practican profesionalmente el deporte en Panamá. Karol no duda que existan muchas otras que también lo hacen, pero aún no lo saben.
Entre las ocho mejores del mundo
El fútbol freestyle se divide en diferentes estilos. El que ella más practica es aquel donde se hacen trucos estando de pie. Hay otros donde se domina con la cabeza, el pecho y los hombros; otro, mezcla la gimnasia, el break dance y el parkour. Existe una variante en la que se realizan trucos mientras se está sentado. Para competencias es bueno dominar diferentes estilos.
En Panamá participó en torneos nacionales. Competía con chicos. En algunas categorías no la dejaban concursar porque una mujer no podía aparecer en el ranking masculino de una federación.
En el 2023 se convirtió en campeona latinoamericana de freestyle. Quería participar en ese torneo porque los tres primeros lugares representarían a Latinoamérica en el mundial en Kenia. Fue en Argentina. Obtuvo el primer lugar. Para ella fue inesperado ganar: “A veces una no se espera las cosas que es capaz de hacer. Varios amigos me decían que yo iba a ganar. Sentía la presión. La chica con la que competí en la final fue campeona del mundo. Ella me ganó en los cuartos de finales de un campeonato anterior en Ecuador en 2019″.
Después que Karol ganó en Argentina sólo tuvo dos meses para prepararse y viajar al mundial en África. A Kenia fueron las 16 mejores del mundo.
En ese campeonato se calificó la dificultad, control, innovación y la limpieza de los trucos. Ella llegó hasta los cuartos de final. “Esto era un sueño de niña, competir con las mejores del mundo”
Un deporte más individual
El fútbol freestyle se suele confundir con el fútbol tradicional. A la campeona panameña le gustaría que las personas lo reconocieran como un deporte aparte y que con ello crezca como lo ha hecho en países como Colombia y México.
Como describe, es perfecto para las personas que prefieren una actividad individual. “Lo bueno del freestyle es que no necesita de un lugar específico para practicar; lo puedes hacer en la sala, en tu cuarto. Es recomendable usar zapatillas de suela plana”.
A Karol, quien además tiene estudios en tripulación de cabina aérea, le gustaría estudiar alguna carrera relacionada a la gestión deportiva. Ella dicta clases individuales de freestyle, pero sueña con una academia para que la juventud en Panamá tenga dónde aprender y enamorarse, como ella, del arte de dominar el balón.