Isaías tiene todo su cuarto decorado de fútbol. Autógrafos de varios jugadores de la selección enmarcados en un cuadro. Irvin cumplió el sueño de cualquier niño un día antes de cumplir nueve años. Jafny reflejó en su rostro el sentimiento de millones de panameños que la veían por televisión.
Ellos son 3 de los 11 niños que caminaron de la mano de los jugadores de la selección nacional de Panamá, a su entrada al estadio Nizhny Nóvgorod para el partido contra Inglaterra en el Mundial.
Los pequeños reviven el momento como si fuera ayer. Ganaron esta oportunidad a través de una promoción de McDonald’s. Cada uno fue acompañado por un familiar. Estuvieron cuatro días en Rusia.
De la mano con la Sele en Rusia
De la mano con la Sele en Rusia
‘Con mi jugador favorito’
Isaías Moreno Meléndez practica fútbol desde los dos años. Su papá trabaja en una empresa que coloca las bandas de seguridad en el estadio Rommel Fernández Gutiérrez, así que el niño, de 10 años, ha podido ver a la Sele entrenar desde que clasificó para el Mundial. Tiene enmarcado en un cuadro los autógrafos de Valentín Pimentel, Felipe Baloy, Adolfo Machado, entre otros. También tiene un guante firmado por Jaime Penedo, y otro por José Calderón, los dos arqueros del equipo nacional.
“Sentí una emoción muy grande, y cuando vi a Penedo, mi jugador favorito, ponerse al lado mío, me emocioné más”, expresó al recordar su entrada al estadio con los jugadores.
Su mamá, Noemí Meléndez, fue quien lo acompañó al viaje. Comentó que para su hijo no existe el Real Madrid ni el Barcelona; él apoya al Chorrillo FC y a su selección.
Irvin Flores tenía ocho años cuando llegó a Rusia con su tía Melissa Desiré Rodríguez. El 25 de junio, un día después del partido Panamá-Inglaterra, cumplió nueve y lo celebró con los otros 10 niños que viajaron con él. Irvin acompañó al jugador Erick Davis y contó que sintió “nervios, emoción y mucha alegría” cuando conoció en persona a los futbolistas nacionales.
De Las Tablas al Mundial
Jafny Henríquez fue la niña que en televisión se vio llorando de emoción. Dijo que estaba muy emocionada, pero cuando se le iban acercando los jugadores no se pudo contener. Cuando Calderón se le acercó, ella empezó a llorar, él la abrazó y recuerda que le dijo “linda, no llores”. “También me saludaron otros jugadores y me decían que no llorara, que me calmara”.
Ella fue a Rusia acompañada por su papá Francisco Henríquez. El combo con el que ganaron la oportunidad de viajar al Mundial lo compraron en el McDonald’s de Las Tablas, donde ellos viven.
De la mano con la Sele en Rusia
Mía Gabriella Fonseca, de nueve años, era la otra niña del grupo. Solo había dos niñas, el resto era niños. Mía acompañó a Gabriel Gómez, mejor conocido como Gavilán. El jugador le dijo que cantara fuerte el himno cuando estuviera en el campo. “Realmente traté, porque estaba llorando de la emoción”. Mía recordó cómo Penedo la miró y le hizo con la mano la señal de bien. No se conocían, pero la abuela de Mía trabaja con el papá de él y le habían comentado que ella estaría ahí.
Yahir Reyna, también de nueve años, describió que la experiencia fue emocionante y estaba muy nervioso. Él entró al estadio de la mano de Armando Cooper. “Me preguntó si todos éramos panameños”, recordó el niño. Lo que más le gustó fue el momento cuando entraron al campo, “un momento que nunca voy a olvidar”.
Su jugador favorito es Alberto Negrito Quintero, que no pudo jugar en el Mundial porque está lesionado. Yahir no lo pudo conocer, pero sí lo vio pasar en el camerino.
Muy feliz estaba Jhojan García. “Fue una emoción muy grande conocer a todos los jugadores, especialmente a Penedo y a Román Torres”, recordó el pequeño de ocho años, quien viajó acompañado de su mamá Yanireth Ábrego. “Me gustó mucho ver por primera vez a mi Sele jugar en un Mundial”.
Sebastián Díaz, de siete años, sintió mucho orgullo al vivir esta oportunidad. “Salí con Blas Pérez. Blas, Román y Penedo son mis favoritos”. Los niños no sabían qué jugador les iba a tocar hasta que se ubicaba a su lado. De todo el viaje lo que más le gustó fue haber salido con Blas y cantar el himno nacional.
Después de acompañar a los futbolistas al estadio, los niños se reunieron con sus familiares en las gradas. Desde allí vieron el partido y gritaron cuando Baloy anotó el primer gol para Panamá en una Copa del Mundo.
De la mano con la Sele en Rusia