El 2021 y el 2022 marcaron un antes y después en mi vida. Soy coach de salud, nutrición y salud hormonal (@coachsusiedavila). Trabajo con clientes, su salud alimenticia y en muchos casos hormonal.

En junio 2021 descubrí que estaba embarazada de mi primer bebito, noticia que llegó con ilusión y alegría. Mi esposo y yo habíamos empezado a buscar hacía poco, recién casados, y Dios nos envió esta bendición prontito, ¡la gratitud desbordaba! Ese embarazo vino con hiperémesis gravidium (vomitar todo el día, perder peso y no retener alimentos). En agosto caí con Covid, conocí las fiebres altísimas y los dolores de la enfermedad en ese momento. Me hospitalizaron por deshidratación, luego de haber perdido 10 lbs, estuve solita en unidad C-19 por cinco días.

Al salir, nuestro bebito estaba bien, pero en las citas siguientes su corazón se debilitó y para final de agosto no latió más. Al recibir la noticia, sé que algo se rompió en mi corazón, como una grieta. Me tocó hacer trabajo interior y terapéutico, pegarme de Dios que siempre ha sido mi sostén. Aplicar en mí las herramientas que uso en el coaching con mis propios clientes.

Llegó el tiempo donde ya mi cuerpo estaba recuperado para volver a abrirnos a que Dios nos mandara otra vida, y casi de inmediato, sin pensar que sería tan rápido, quedé embarazada de nuevo.

La maternidad después de una perdida

El primer trimestre estuvo lleno de miedos, un duelo no acabado por ese otro bebé que está en el cielo e incluso preocupaciones porque este estuviera bien, cosa sobre la cual no tenemos el control. Es donde participo de una actividad llamada Café con Huellas de la fundación Huellas de Ángel. Hoy espero a Tomás con ansias que llegará a nuestras vidas en septiembre, los miedos están, pero la alegría de ser mamá de este segundo hijo puede más que cualquier miedo, y su hermanito intercede por él”.