Sara cumplió 29 años un día antes de esta entrevista. Lo celebró tomando su mochila para recorrer el Valle de Antón.
En unos videos que grabó con el chorro El Macho de fondo, y que publicó en Instagram, contó entre la húmeda vegetación y el canto del bosque y sonrisas lo plena que sentía. “Pero , ¿te fuiste sola?”, le preguntaban amistades luego de ver sus videos.
Sara Arosemena es una panameña que ha visitado más de 60 ciudades. La mitad, sola. En 2018, cuando nadie levantó la mano para acompañarla, decidió ir sola al Mundial de Rusia. Vivió la pasión de una copa del mundo saltando entre grupos de panameños y de otras nacionalidades que con alegría la aceptaban. La falta de compañía no la detiene si de viajar se trata.
En 2019 dejó Panamá, y con una maleta, emprendió un viaje sin fecha de retorno a Asia. Viajaba mientras trabajaba. Se dedica a la ventas y al desarrollo y diseño de sitios web en WordPress, trabajo que puede hacer de manera remota. Estuvo en Corea, lugar del que se enamoró, y en Wuhan. Pocos meses después de su visita se detectaría el primer caso del virus que pronto nos estremecería.
Por la salud mental de mi mamá, de mochilera no
La panameña que ha viajado a más de 60 ciudades del mundo, la mitad de esos destinos, sola
Cuando tenía 20 años, Sara pasó una temporada en Filadelfia, Estados Unidos, en un programa de intercambio cultural. Desde adolescente, su papá le sugería a ella y a sus siete hermanas elegir un viaje de quinceaños en lugar de una fiesta. En Estados Unidos le resultó difícil hacer amistades. Un destino, piensa, se conoce mejor cuando te relacionas con sus habitantes.
Su host le habló de un sitio web para viajeros llamado Couchsurfing. Esta plataforma funcionaba como una red social donde viajeros se registran y organizan actividades turísticas, eventos o hasta solicitan alojamiento. Si querías hacer un recorrido por la ciudad, lo anunciabas en el site para que otros se sumaran. Podías ver los perfiles y referencias de las personas dadas por otros que ya habían compartido con ellos, casi como una reseña de un artículo en Amazon.
Sara se interesó por Couchsurfing, pero no se atrevía a usarla. El aburrimiento de un día hizo lo suyo y respondió al aviso de una española que se ofrecía para ir al centro de la ciudad e invitaba a más personas. “Como era mujer, me animé”. La experiencia le gustó. Le permitió probar ese intercambio cultural que tanto le interesa. Empezó a investigar de otras plataformas parecidas, que que enriquecen el recorrido de un turista.
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Antes de regresar a Panamá, quiso hacer un viaje como mochilera. “La idea era irme a Brasil y luego subir hacia Panamá. Pero, mi mamá me dijo que era muy inseguro. Mi familia hizo de todo para que no lo hiciera” Para no preocuparlos, desistió. Pero viajó a Brasil a visitar a algunas amistades.
Su viaje coincidió con la Copa Mundial de Fútbol Río 2014. Aunque se encontró con sus amigos, pasó gran parte del tiempo recorriendo por su cuenta Río de Janeiro y Sao Paulo. “Me imaginarás a mí sola en el estadio Maracaná, al lado de un desconocido, gritando gol y disfrutando”.
Viajando lento
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Recorrer el sudeste asiático era su gran sueño. Esta ruta es muy conocido entre los viajeros y es una de las más económicas para conocer ese continente, que a ojos de una panameña es como estar en otro mundo
En 2019 partió al destino de sueños. Visitó Indonesia, Malasia, Tailandia, China y Corea. Se propuso quedarse un mes en cada país. Quería conocer el lugar con calma. No solo hacer visitas a templos o a sitios de interés cultural, sino darse tiempo para conocer el día a día, conversar con la gente y hacer actividades sencillas como ir al cine o cocinar platos tailandeses con los locales.
Jugó y bañó a una bebé elefante tailandesa, disfrutó del pollo frito con cerveza de Seúl, bailó mucha salsa en sus recorridos para conocer la vida nocturna. La invitaron a la boda de unos novios coreanos que no conocía, visitó una mezquita en Indonesia donde apreció el islam más allá de lo que conocía por los medios y recibió el 2020 viajando de China a Corea.
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Sara cuenta que Facebook es una de las mejores plataformas para buscar qué hacer en todos los países. Hay muchos grupos de extranjeros donde se publican actividades. A ella le gusta bailar salsa y acudió a varios encuentros luego de descubrirlos en la red social.
No estaba en su lista inicial de países por visitar, pero Corea fue el lugar del que se enamoró en Asia. “Lo tiene todo, conservan su cultura, se exponen muy bien internacionalmente con sus doramas. Como turista quedé encantada con su capital, Seúl, aunque el costo de vida es muy elevado y el ritmo de vida es pesado, trabajan largas horas”.
La panameña que ha viajado a más de 60 ciudades del mundo, la mitad de esos destinos, sola
China era uno de los países que no recorrería sola, pero el amigo ruso con el que se encontraría allá no pudo llegar por temas de visado. Como ya tenía todo comprado, fue sola. La primera ciudad que conoció en este país fue Wuhan. Esta ciudad tan grande, en el medio de China, no se destaca por su estructura para recibir viajeros “Hacer turismo en Wuhan no tiene tanto sentido porque no hay mucho que hacer y nadie, ni en los hoteles, habla inglés. Cuando llegué me quedé sin dinero porque fui a mil bancos y nadie me quería cambiar las monedas. Tuve que busca a alguien en Couchsurfing que me ayudara a organizarme allá”.
De China viajó a Indonesia a conocer uno de sus destinos añorados: Bali. Pero quedó un poco decepcionada. “Es muy turístico. Que esté muy occidentalizado le resta la parte cultural”.
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En Asia también escuchó por primera vez sobre el coronavirus, aún las personas no le daban importancia. En Corea, empezó a ver los cubrebocas. Ya en Malasia, todo empeoró. “Uno cerró los ojos, los abrió, y todos estaban infectados”. Regresó a Panamá en marzo de 2020 luego de ocho meses por Asia. Ese mes se confirmó la llegada del virus al país. Tuve que cumplir con los protocolos de cuarentena preventiva por 14 días.
En su cuenta de Instagram, Sara contó: “Este viaje siempre lo soñé, y aunque no terminó como espera, no puedo dejar de sonreír cada vez que recuerdo todo lo que vi, lo que sentí, lo que aprendí… Lo que viví”.
El poder de tus decisiones
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Aunque le gusta viajar en familia y con amigos, hacerlo sola le da más libertad; la vuelve más observadora “En esos viajes, te tienes que empujar a hablar con los demás. Viajar sola no significa que lo estarás todo el trayecto, siempre habrá gente para conectar”.
“En esos viajes, te tienes que empujar a hablar con los demás. Viajar sola no significa que lo estarás todo el trayecto, siempre habrá gente para conectar”.
Sara es una de diez hermanos, donde ocho son mujeres. Micole, una de sus hermanas mayores, aunque le parece muy riesgoso que viaje sola, admira su valentía por hacer lo que le gusta, siempre responsablemente. “Prefiero viajar acompañada, pero me gusta saber que cumpliste tu sueño”, escribe Isabel, una de sus hermanas menores, en un mensaje por Whatsapp.
Sus papás estaban preocupados por su seguridad al viajar a Asia. Entendía sus miedos, pero no podía dejar que me pasaran esos temores. Cuando me veían allá, contenta, lo fueron aceptando y entendiendo”.
En Panamá a muchos les parece raro que ella viaje sola. “Es como cuando le dices a alguien que vas al cine sola, aún te miran como si estuvieras loca“.
Siendo mujer viajera, algunos también le han cuestionado su capacidad de costear sus propias aventuras. “Cuando regresé de Asia me llegaron a decir que seguramente ese viaje le había salido caro a mi papá. Cuando eres mujer, mucha gente piensa que algún hombre te patrocina las cosas. Trabajo y sola pago mis viajes”.
La misma cantidad de dinero que gasta alguien que ama la ropa de marca, es lo que gasta ella, pero en viajes.
No temas aventurarte
La panameña que ha viajado a más de 60 ciudades del mundo, la mitad de esos destinos, sola
En sus recorridos por otros países, siempre se ha sentido segura. La experiencia y la intuición han sido sus aliados.