Chicago, Estados Unidos, escogió este martes 2 de abril a Lori Lightfoot como la primera mujer negra y lesbiana en ser alcaldesa de la ciudad.

Lori es una abogada y exfiscal federal, de 56 años, quien superó en una histórica elección a su contrincante, Toni Preckwinkle, también afroamericana, con un margen de 74% de los votos. Preckwinkle obtuvo el 26%.

Las dos candidatas, ambas demócratas, compitieron con programas reformistas y progresistas, con promesas de hacer una “limpieza” en el gobierno de la ciudad, de reducir las desigualdades económicas y de combatir los dominantes discursos de odio y segregación.

“Enfrentamos a intereses poderosos”, dijo Lightfoot en su discurso de victoria, acompañada por su esposa e hija. “Hoy, ustedes hicieron más que hacer historia, crearon un movimiento para el cambio”, aseguró a una multitud de entusiasmados seguidores.

Lightfoot nació el 4 de agosto de 1962, en Ohio. Se graduó en ciencias políticas en la Universidad de Michigan y luego recibió el título de abogada en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chicago.

Trabajó por un largo periodo ejerciendo la jurisprudencia en el estudio Mayer Brown. En 1996 asumió la fiscalía auxiliar para el Distrito Norte de Illinois por seis años. En 2002 pasó a ser administradora jefe de la oficina de Normas Profesionales del Departamento de Policía de Chicago y continuó asumiendo cargos públicos hasta el 2018, cuando renunció como presidenta de la Junta de Policía de Chicago para lanzarse a campaña por la alcaldía.

La nueva alcaldesa está casada hace más de diez años con Amy Eshleman, con quien adoptó a su hija de once años. Durante la campaña recibió duros comentarios por representar y defender su origen afroamericano y su identidad sexual.

Lori Lightfoot asume el poder en medio de una fuerte crisis de violencia que azota la ciudad. Tan solo el año pasado, más de 550 personas fueron asesinadas en Chicago a manos de pandillas, normalmente alimentada por el tráfico de drogas y, la mayoría, en barrios afroamericanos y con dificultades económicas.

“Los votantes de Chicago parecen estar en una actitud mental de ‘expulsar a los vagos'”, dijo a la AFP Evan McKenzie, profesor de Ciencia Política de la universidad de Illinois.

“El mensaje es que (los votantes) quieren nuevas ideas y un gobierno más limpio”, agregó. “Están cansados de la corrupción, de las investigaciones federales a funcionarios de la ciudad, de la mala conducta de la policía y de una crisis presupuestaria”.