¿Quiénes son los primeros que deben llevar mascarilla y poner en práctica las medidas sanitarias y de bioseguridad en las empresas? Los líderes y coordinadores de equipos, por supuesto. Así lo explica Claudia Escobar Casillas, psicóloga, especialista en recursos humanos y gerente de país de ManpoweGroup, en esta entrevista sobre cultura organizacional en esta nueva era.
¿De que manera las empresas pueden ayudar a los colaboradores a seguir y a incorporar las nuevas normas de distanciamiento social y salubridad?
Lo primero, es hacer mucho énfasis en la razón detrás de todas estas nuevas normas, esto es salvaguardar la salud de nuestros empleados y sus familias.
El mensaje debe estar enfocado en todo aquello que puedo hacer para prevenir el contagio, sobre lo que tengo control como individuo.
Además, lo que está haciendo la empresa a través de los lineamientos que debemos seguir según lo estipulado por el Ministerio de Salud y el Ministerio de Trabajo. Es decir, cómo vamos a trabajar en conjunto para protegernos.
Una vez establecidos los protocolos de regreso seguro, éstos deben ser comunicados de manera sencilla.
Las personas somos seres sociales, por ende, recomendaría que la primera comunicación se hiciese cara a cara en grupos pequeños a través de una plataforma digital para favorecer un espacio de preguntas y respuestas. En estos momentos, uno de los elementos clave para hacer frente a la incertidumbre es la empatía. Es por ello que crear dicho espacio, me parece importante. Adicional, debemos complementar con otros elementos de comunicación; las infografías siempre resultan muy útiles para hacer comunicados vía correo electrónico o para colocar en lugares estratégicos para referencia.
Es importante la congruencia del mensaje. Una vez se esté físicamente de vuelta, los líderes y miembros del comité deben ser el mejor ejemplo del cumplimiento de las nuevas normas. Los líderes juegan un papel fundamental para favorecer una transición apropiada a la nueva normalidad. En ManpowerGroup hemos identificado algunas características básicas para el liderazgo efectivo entre las cuales están: la inteligencia emocional, la resiliencia y la capacidad de aprender. Las personas con estas cualidades, probablemente se adapten de manera más rápida y enfoquen sus esfuerzos hacia el logro de resultados exitosos a través del trabajo en equipo.
¿Qué sería recomendable para promover las nuevas iniciativas e idea, tomando en consideración la incertidumbre del entorno?
Aunque parezca paradójico, la cuarentena y la distancia social, nos obligó en la mayoría de los casos, a crear más cercanía con nuestros colaboradores. He escuchado a varias personas decir que ahora conocen más de sus compañeros que cuando se veían todos los días.
Nos tocó convivir a través de las video conferencias con los niños, las mascotas y hasta con el camión que vende verduras anunciándose al fondo; visitamos virtualmente nuestras salas y compartimos angustias. En la medida que las empresas sigamos siendo empáticas y flexibles frente a la incertidumbre, los colaboradores se sentirán más motivados y serán más proactivos en aras de garantizar la rentabilidad del negocio y los puestos de trabajo.
Ha llegado la hora de la flexibilidad, de contabilizar la productividad de otra manera ¿Cómo pueden las empresas aprovechar esta ventana?
Una de las grandes enseñanzas que ha dejado la cuarentena es lo rápido que nos adaptamos al cambio cuando no tenemos otra opción. La mayoría de la empresas pasó a la modalidad de tele trabajo casi de un día para otro y a manejar un esquema flexible enfocado al cumplimiento de objetivos. Quedó demostrado que es posible ser productivo a distancia.
La oportunidad para las empresas está en que pueden mantener este esquema, ahorrar espacio físico y dar la posibilidad a los trabajadores, sobre todo aquellos que viven lejos de sus oficinas, de convertir el tiempo invertido en tráfico en tiempo para sus familias y actividades extracurriculares; generando así un mejor balance entre trabajo y vida personal.
¿Qué más nos dio el teletrabajo?
En términos generales se ha perdido el miedo a no tener el control y con ello hemos aprendido a confiar en que las personas son los suficientemente responsables y confiables como para llevar a cabo lo que les corresponde.
Los líderes han aprendido a comunicarse mejor no sólo para acompañar a las personas frente a la incertidumbre sino para dejar claro cuáles son los objetivos y lo que esperan de su empleados.
Sin embargo, para mí, lo más importantes es el énfasis que se ha dado a la capacitación. Este tiempo se ha aprovechado para aprender nuevas habilidades han surgido muchos webinars y cursos gratis, también hemos visto a expertos en diferentes áreas compartiendo su conocimientos sobre las nuevas legislaciones.
Personas que estaban medio peleadas con la tecnología ahora hacen reuniones de trabajo y con amigos en plataformas digitales; abuelitos, conectándose por Zoom para cantar cumpleaños o saludar a los nietos, me parece una maravilla.
Las disposición y el interés por aprender, lo que en inglés se conoce como learnability y que es considerado como una de las habilidades blandas más apreciadas por los empleadores ha tomado aún más relevancia en estos tiempos porque nunca es tarde para aprender.