Era viernes por la mañana cuando recibimos a la profesora Maribel Gordón en los estudios de ELLAS para esta entrevista. Sus aires de serenidad, característicos suyos, se proyectaban de forma natural cuando posaba para esta sesión de fotos. “No soy una persona que se altera, soy muy calmada y tranquila, eso me genera un buen valor agregado”, dijo la candidata por la libre postulación un rato después, mientras nos encontrábamos sentadas en el sofá del estudio de grabación para esta entrevista. “¿Y cuál es su signo zodiacal?”, le pregunto por curiosidad propia. “Nací el 22 de agosto. Soy entre leo y virgo. La gente me dice que tengo más de la figura de un leo, pero me siento más virgo”, confiesa la economista, que se considera en mayor sintonía con los rasgos de organización, perfeccionismo, ojo al detalle y enfoque de este signo de tierra.
En la primera parte de nuestra entrevista, queríamos conocer más sobre sus ideas para un medioambiente más sano en Panamá. El pilar de su plan de sostenibilidad ambiental para el país va relacionado con el acceso de la población a todo lo que permite que su entorno sea saludable: una buena alimentación, agua potable, educación, salud, vivienda, un ambiente sano y recreación. “Que los panameños y panameñas puedan gozar plenamente de sus derechos humanos y que participen directamente de la toma de decisiones”, dijo.
Su conexión con la naturaleza la suele encontrar en casa. El pequeño espacio que tiene lo aprovecha para crecer un jardín de flores y helechos, plantas que le parecen hermosas y que reflejan tranquilidad. Ese vínculo con lo natural también lo refuerza Leonela, la lora que convive con ella desde hace 35 años, que habla, saloma, pero que aún no ha aprendido a hacerle campaña a su humana. “Todavía no aprender a decir ‘Vida Digna’”, cuenta la profesora entre risas, haciendo referencia al eslogan de su candidatura. “Leonela tiene una anécdota: se quebró la pata. Fue un trauma para nosotros. La llevamos al médico, le pusieron una prótesis como cualquier ser humano, y ahí está intacta”
Más mujeres en camino a la presidencia
La economista es una de las dos mujeres que aspira llegar a la presidencia de Panamá en las elecciones del próximo 5 de mayo. En vida democrática, es primera vez que dos candidatas son parte, simultáneamente, de la contienda electoral por el puesto para liderar el país.
En las últimas dos elecciones, Maribel se postuló a la vicepresidencia por el partido Frente Amplio por la Democracia. Para su actual candidatura presidencial, no le contó a su familia. Su mamá se enteró por los medios de comunicación. “Me dijo que no lo hiciera, que eso requería mucho sacrificio. Le respondí que tengo un compromiso con los sectores sociales de mi país y, bueno, ahora hasta me hace campaña”.
Parte de los retos de una mujer que hace carrera política en Panamá es la discriminación, opina la profesora. “También, cuando una es mujer y se está postulando por el movimiento social, genera mayores dificultades”, considera. “Que una candidata se esté planteando una ruptura con el estado de crisis que vive este país en todos los niveles, genera dificultades, trabas e información mediática. He enfrentado un estigma que me han puesto y que no se lo hacen a ningún otro candidato, a Maribel Gordón le dicen ‘la candidata de la izquierda’”.
Cree que no debe existir el despacho de la primera dama. “El solo hecho de decir que hay un despacho de la primera dama nos margina, nos excluye y nos discrimina porque eso significa que el hombre es el que va a ser el candidato a presidente o que tenemos que estar obligadas a buscar quien de la familia colocamos en el puesto y eso es un irrespeto hacia nosotras”, expone. Ha planteado que, de llegar a la presidencia, el país será representado por mujeres de diversos sectores y profesiones en la medida de lo que trate el compromiso internacional.
Entre libros y la música de ahora
Desde 1984, la investigadora social ejerce como docente de la Universidad de Panamá. Cuando le consulto sobre su faceta dentro del aula, responde que es esa profesora que llega con puntualidad y espera que sus estudiantes hagan lo mismo. “Si yo madrugo, ustedes también”, recuerda con gracia la petición que le hace a sus alumnos. “Soy muy dada a preguntarle al estudiante, para interactuar. Los llamo compañeros y a ellos, a veces, se les sale y también me llaman compañera. Les digo que está bien”.
En sus momentos de descanso, cuando la campaña se lo permite, le gusta leer. Esa ha sido su pasión desde joven y le causa gracia ver la reacción de las personas cuando les dice que los libros son su fuente de entretenimiento. “¿Nada de Netflix, entonces?”, le pregunto. “Tengo dos sobrinas, que son como mis hijas, y cuando vemos películas abordamos toda la interpretación del contenido, a qué obedece y qué mensaje está dando. Eso es muy típico en mí”.
Cuando se trata de música, me permite saber que le gusta de todo tipo, no le gusta cuestionar los estilos musicales porque, aunque dice no comprender la letra de “la juventud de ahora”, sabe que cada generación tiene su momento, su forma de valorar la vida. “La música de mi época también fue cuestionada”